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"Soy un cura de los pobres"

"Soy un cura de los pobres, porque sólo mirando hacia los más pobres y necesitados se puede conseguir el cambio social real que evite el desastre hacia el que camina la humanidad". Así se define Rodolfo Izal, el sacerdote navarro, de 34 años, expulsado de México bajo la acusación de colaborar con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Rodolfo Izal nació en Villava, una pequeña localidad vecina a Pamplona. El origen de su compromiso fue político y sindical, y se fraguó en los últimos años de la dictadura franquista, desde su militancia en el Partido Carlista a lo largo de la transición política. Pasó por Madrid antes de embarcarse definitivamente hacia América Latina, donde residió los primeros años de la década de los ochenta en Honduras, trabajando con los refugiados salvadoreños, que huían de la guerra civil y la represión militar. De allí pasó a El Salvador, donde fue detenido y obligado a regresar a Madrid.

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Ya para entonces había decidido escoger el sacerdocio, y estudió en la Universidad Católica de los jesuitas de San Salvador hasta que les asesinaron. De allí fue a Chiapas, donde conoció y empezó a trabajar con el arzobispo Samuel Ruiz y los campesinos en la diócesis de San Cristóbal de las Casas. Rodolfo regresó a su localidad natal para ser ordenadó sacerdote el 19 de junio de 1993 por el propio Samuel Ruiz.

Sus familiares y allegados niegan tajantemente la posibilidad de que Rodolfo hubiese transportado o entregado armas a los guerrilleros, y dicen que su compromiso cristiano le impediría llevar a cabo este tipo de acciones.

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