Un bien saqueado

"El agua está saqueada en todo el mundo", dice Eduardo Martínez de Pisón, catedrático de Geografía Física de la Universidad Autónoma de Madrid, "y España es frágil, con disminución y pérdida de humedales y acuíferos en la Mancha, en Canarias... La demanda moderna de agua se ha disparado, ya no es la España de los olivos".

"Me parece que hay que ser racionalista y cuidadoso en este tema", señala Martínez de Pisón, "y ver claramente que el productivismo sin límites conduce a catástrofes como la del Aral. La naturaleza cambia, a veces bruscamente como en los terremotos, pero lo que no, se puede hacer es tirar piedras contra nuestro propio tejado".

"Salvando las distancias en magnitud", dice el oceanógrafo y biólogo marino Xavier Pastor, de Greenpeace, el problema del Aral es similar al de los humedales españoles más emblemáticos: en Las Tablas de Daimiel el excesivo regadío ha producido salinización, y ha habido como en el Aral concentración de pesticidas: la directora del parque acaba de declarar que Las Tablas se hallan en estado irreversible. En Doñana actua en contra la presión urbanista, el uso de agua para piscinas, el mantenimiento de campos de golf.. Juntó a la sequía, es una combinación explósiva".