El comisario de Asuntos Sociales, partidario de una legislación europea contra la discriminación racial

El comisario europeo de Asuntos Sociales, Padraig Flynn, se mostró ayer partidario de una legislación europea para luchar contra el racismo y la discriminación racial. Para Flynn, el racismo, la xenofobía y el antisemitismo son verdaderas "plagas que no tienen su sitio en las sociedades civilizadas". Con el mercado único, los estados miembros, incluso si disponen de legislaciones nacionales que prohíben la incitación al odio racial, no pueden luchar, contra estas provocaciones si llegan por correo. Se trata por lo tanto de luchar contra el racismo a escala europea."Que esto nos guste o no, hay que admitir que estas plagas existen en la actualidad en la Unión Europea", señaló en un discurso sobre el racismo, la xenofobia y los medios de comunicación celebrado en Amsterdam. El comisarío irlandés citó algunos ejemplos recientes para demostrar la gravedad y la amplitud del problema: en Alemania, mujeres y jóvenes turcas han sido atacadas. y quemadas; en Francia, extremistas de derecha han asesinado jóvenes negros.

Para luchar a nivel europeo contra estos fenómenos, Flynn es partidario de convertir la lucha contra el racismo en política comunitaria. La modificación del actual Tratado de la Unión que se prepara en la Conferencia Intergubemamental de 1996 debería incluir esta nueva política. El comisario propondrá que 1997 sea declarado como año europeo Contra el racismo. Flynn también intentará utilizar los fondos estructurales más selectivamente para luchar contra los efectos nocivos del racismo en el mercado laboral.

En opinión del responsable de la Política Social, las causas del racismo y las razones de su incremento reciente son complejas. El Tratado de Roma garantiza la libre circulación de los trabajadores, recuerda Flynn, por lo que insiste en la necesidad de que no haya discriminaciones raciales. Para Flynn es necesario que la UE apruebe una legislación de este tipo, ya que no se puede pretender apoyar la idea de una Europa que defina, por. ejemplo, normas sobre el bienestar de los animales pero que no diga nada de racismo.