El PP desconfía de la ayuda de Exteriores para cerrar una cita de Aznar con Clinton

José María Aznar inicia el domingo una visita de seis días a Estados Unidos, donde tendrá contactos con el Gobierno, el Senado y la Cámara de Representantes. El presidente del PP tiene cerradas entrevistas con el vicepresidente, Al Gore, y el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, pero aún no ha logrado confirmar una cita con el presidente, Bill Clinton. Este y otros hechos han provocado desconfianza en el PP hacia la diplomacia española, de la que sospechan que no está haciendo todo lo posible por facilitar el encuentro.

El primer problema en la preparación del viaje surgió en relación a la audiencia con el secretario general de Naciones Unidas, Butros Butros-Gali. Al tratarse de una visita institucional, Asuntos Exteriores consideró que el presidente del Partido Popular debía ser acompañado por el representante permanente de Es paña ante la ONU, Juan Antonio Yáñez, miembro del PSOE y durante largos años asesor de Felipe González para política ex terior. La dirección del PP indicó que Aznar prefería acudir solo a la cita.Los populares intentan conseguir para su líder una entrevista y la obligada fotografía con el presidente norteamericano, ritual -de prestigio para todo dirigente político que se precie y que han conseguido con los antecesores de Clinton Felipe González y los presidentes vasco y catalán, José Antonio Ardanza y Jordi Pujol, respectivamente. Con este objetivo, Asuntos Exteriores no parece demasiado entusiasmado, según fuentes del principal partido de la oposición.

En el ministerio, el malestar sordo del PP ha causado "sorpresa", según fuentes diplomáticas. En el Palacio de Santa Cruz se asegura que la Embajada de España en Washington, cumpliendo instrucciones del ministro Javier Solana, ha dedicado "la máxima atención" a la preparación de la visita de Aznar, y el propio presidente del PP ha agradecido de antemano su colaboración al embajador en EE UU, Jaime Ojeda.

Las mismas fuentes interpretan el disgusto en la cúpula del PP "corno un intento de curarse en salud" por si, finalmente, el presidente Clinton no accede a recibir a Aznar. La Embajada ha hecho múltiples gestiones para lograr la cita en la Casa Blanca, pero, señalan, no hay, muchos precedentes de audiencias concedidas a líderes de la oposición por este presidente demócrata.

"Es un asunto que desborda a la Embajada", señala un alto cargo de Exteriores, que recuerda además que el Gobierno español no ha conseguido una visita de Clinton a España en los cuatro viajes de éste a Europa desde que accedió a la presidencia.

Con el viaje a EE UU Aznar culmina una serie de visitas "de Estado" a países muy significativos para las relaciones exteriores españolas. En marzo del pasado año acudió a Marruecos y en la última Semana Santa a Israel. En ambos países contó con la colaboración de la diplomacia española y ofreció garantías de continuidad de la política exterior en las respectivas áreas, en el caso de Israel tanto al Gobierno y a la oposición judíos como al líder de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat.

A falta de confirmación de la entrevista con Clinton, Aznat tiene en la agenda un encuentro con el vicepresidente, Al Gore, el martes en Washington. El mismo día, ofrecerá una recepción a los funcionarios españoles que trabajan en la capital norteamericana.

En las jornadas siguientes, el presidente del Partido Popular tiene en el programa una conferencia de prensa en el National Press Club de Washington, y entrevistas con el presidente de la Cámara de Representantes y líder de la mayoría republicana, el ultraconservador Newt Gringich, y con los presidentes de las comisiones de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes y del Senado.

Aznar cierra la visita con dos jornadas en Miami. El viernes celebra un almuerzo con la Cámara de Comercio Española en la ciudad y participa en un acto multitudinario con el ala dura de la oposición cubana en el exilio, el movimiento de Jorge Mas Canosa. Al día siguiente, tiene previsto reunirse con la Plataforma Democrática Cubana, el movimiento más abierto al diálogo, de Carlos Alberto Montaner.