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Villapalos dice sí a Ruiz Gallardón

José Manuel Romero

JOSÉ MANUEL ROMERO Relajado tras varios días de reflexión, el rector Gustavo Villapalos dijo ayer sí a Alberto Ruiz-Gallardón, presidente electo de la Comunidad de Madrid y ya su jefe. En julio dejará la Universidad Complutense para ser consejero de Educación y Cultura del Gobierno regional del PP. Villapalos remata victorioso su aventura política primaveral. Hace dos semanas prestó su firma de independiente a un manifiesto que pedía el voto para el PP. Ayer, tras una semana de vacaciones, Villapalos recibió una llamada de Ruiz-Gallardón. Respondió al instante, fue a su despacho y le garantizó su compañía los próximos cuatro años. Aceptó formalmente el encargo. Hace 10 días, Villapalos había comunicado a los colaboradores de Ruiz-Gallardón su disposición a dirigir la política educativa del Gobierno regional, afirmaron fuentes del PP.

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Llegó, según comprobó este diario, a las 17.45 al grupo parlamentario popular, con sede en Princesa. Salió una hora después, acompañado hasta la puerta por el presidente electo. En el despacho saludó al diputado Antonio Beteta, futuro titular de Hacienda, a quien pedirá dinero cada año. Y habló con su amigo Juan van Halen, senador y diputado del PP, que dirigirá los debates parlamentarios desde el primer sillón de la Asamblea de Madrid. De mañana, Van Halen había aceptado presidir la cámara.

Villapalos se pasó el día distrayendo a los periodistas. Por la mañana, en un acto compartido con un alto cargo socialista -Rafael Cortés Elvira, presidente del Consejo Superior de Deportes-, eludió el tema: "Ruiz-Gallardón no me ha hablado de esto. Sólo le llamé para felicitarle por haber ganado las elecciones", aseguró. De este hombre, de 46 años, los profesores y alumnos de la Universidad Complutense siempre han dicho que es un político. La frase no resultaba elogiosa para todos. Rector de la mayor universidad de España (130.000 estudiantes) desde 1987, ha superado tres reelecciones, informa Antonio Jiménez. Arrasé en las últimas, en mayo de 1994. Con fama de saltimbanqui político, nadie le regatea su destreza para lograr convenios y dinero. PASA A LA PÁGINA 5

Ruiz-Gallardón sigue buscando independientes con prestigio para completar su gobierno

VIENE DE LA PÁGINA 1No se sabe si lleva un diario, pero de hacerlo, seguro que este madrileño, licenciado en derecho, que en 1976 se convirtió en el catedrático más joven de España, ha marcado en él dos fechas: el 4 de octubre de 1990, día en que llega a Bagdag apuntado al carro de la delegación española encargada de negociar ante Sadam Hussein la liberación de los 75 rehenes españoles prisioneros en la guerra del Golfo. Muchos se preguntaron que hacía un rector allí, pero el caso es que se trajo a los 75 prisioneros. La popularidad de Villapalos se disparó.

La otra fecha es la del 9 de junio de 1993. Mario Conde, por entonces presidente de Banesto, era investido doctor honoris causa por la Universidad Complutense. Le llovieron críticas al rector, le acusaron de mercantilista, pero él guardaba un as en la manga: el banco de Conde iba a sufragar el Jardín Botánico. El 28 de diciembre de 1993, Conde es destituido; un año más tarde, el banquero in gresa en la cárcel. Villapalos aguanta el chaparrón, pero el Botánico sigue convertido en un páramo.La imagen de la universidadDesde la universidad se le ha acusádo de preocuparse más de la imagen exterior de la Complutense (y de la de él mismo) que de los alumnos. Tras ser reelegido rector por tercera vez consecutiva, en mayo de 1994, dijo: "Cuando llegué al rectorado sí que me preocupé por la imagen de la Complutense. Entonces era un centro inerte, y traté de insuflar algo de aire. Pero eso ya pasó. Ahora me llaman de muchas televisiones y no voy, entre otras cosas, porque no puedo acostarme tarde. Lo que sí ha faltado es una política a largo plazo, y a eso voy a dedicarme estos cuatro años". Pero la Comunidad de Madrid (y Ruiz-Gallardón) se han interpuesto.

Con la inclusión de Villapalos en el Gobierno, el presidente electo de la Comunidad hizo ayer realidad uno de sus deseos principales: sentar en el Consejo de Gobierno a independientes de acreditada pericia en la gestión. Ruiz-Gallardón no descarta incluir en su ejecutivo, que aún no se ha terminado de confeccionar, a otros independientes de prestigio.

Mientras se decide, sus colaboradores le siguen acercando los datos fundamentales sobre la situación financiera de la Comunidad de Madrid.

Su primer ministro, Antonio Beteta, visitó ayer la Consejería de Hacienda y curioseó durante cuatro horas para conocer en profundidad las tripas de la Comunidad. Lo que le contó el consejero de Hacienda en funciones, Ramón Espinar, le dejó templado. Por un lado, supo que la recaudación de los impuestos de sucesiones y transmisiones patrimoniales, que alimenta el capítulo de ingresos de la Comunidad, marcha muy bien, lo que ha motivado un menor endeudamiento en lo que va de año.

De otro lado, el aumento del precio del dinero ha lesionado de gravedad las arcas regionales, que han visto disparados sus gastos por intereses. "Habrá que hacer modificaciones presupuestarias para cubrir ese sobrecoste", anuncia Beteta. Su receta, después de conocer estos detalles, es compleja: "Hacer una gestión austera eliminando gastos corrientes para poder ejecutar todas las ínversiones". Beteta está preocupado porque ha comprobado que lo! márgenes para pedir dinero prestado están muy ajustados, por lo que no van a poder endeudarse en exceso para ejecutar las obras previstas en el programa.Los nuevos trabajadores

Otra de las preocupaciones de Beteta se centra en los más de 1.000 trabajadores del Inserso que, desde este mes, forman parte de la plantilla de la Comunidad. Estas personas cobraban hasta ahora un salario del Estado muy inferior al que paga a empleados de similar categoría la Administración regional. "En el traspaso de esta competencia la diferencia de sueldos no ha sido asumida por la Administración central". Al contrario, los funcionarios que gestionan el cobro de impuestos, hasta ahora dependientes del Estado, tienen salarios inferiores en la Comunidad de Madrid. Beteta apunta una solución: "Se les pagará un complemento personal transitorio para cubrir esa diferencia".

Debajo de la alfombra de la Consejería de Hacienda no descansa ningún escándalo, según comunicó Ramón Espinar a Antonio Beteta. No existe en los archivos de este departamento regional ningún asunto similar al caso Ibercoop (subvenciones pagadas a una trama de empresas por estudios falsos), investigado por la Consejería de Hacienda.

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