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El PP insiste en recortar en cinco puntos las cuotas de la Seguridad Social

El Partido Popular (PP) ha empezado ya a perfilar la reforma laboral que aplicaría tras su Regada al Gobierno. Por un lado, ha insistido en la necesidad de rebajar en cinco puntos las cotizaciones de la Seguridad Social, algo que ha sido rápidamente contestado. Por otro, su objetivo será impulsar un gran compromiso entre empresarios y sindicatos para reformar el despido y fomentar la estabilidad en el empleo, así como modificar la contratación, con la desaparición paulatina de los contratos de aprendizaje. Su intención es trasladar el protagonismo a los agentes sociales.

El secretario general de Empleo, Marcos Peña, cifra el recorte de cinco puntos de las cotizaciones en 1,02 billones de pesetas y entiende que sería "la manera más directa de cargarse el sistema público de pensiones; un rejón de muerte al actual sistema".Joaquín Almunia, presidente del Grupo Socialista, entiende que la rebaja de las cotizaciones sin proponer mecanismos de ingreso alternativos "puede suponer una forma encubierta de rebajar, los niveles de protección social". En este sentido, recordó que tanto el PP como el resto de las fuerzas parlamentarias están obligadas a cumplir el acuerdo suscrito para garantizar el sistema de pensiones -el denominado pacto de Toledo-.

La dirección del PP cree que la estabilidad en el empleo debe convertirse en un objetivo de los sindicatos y también de los empresarios para fomentar la competitividad, la formación profesional y el reciclaje. El camino para lograrlo lo deja en manos de los interlocutores sociales, aunque apunta que la reforma del despido puede ser una de las medidas.

El diputado popular Juan Carlos Aparicio declaraba ayer en los pasillos del Congreso que el punto clave es que "tenga aceptación de los agentes sociales" y, una vez lograda, el Gobierno debe asumirlo. Lo que tiene más claro su partido es lo qué no hay que hacer: "Lanzar globos sonda o ideas no contrastadas con los agentes sociales. Hay que tener serenidad y discreción". Ese respaldo de los empresarios y los sindicatos lo hace extensivo también a la reforma del despido y a Aparicio no le parece irreal lograr un pacto. En cualquier caso defiende que las modificaciones no afecten al despido sin causa justificada, en el que se debe mantener "una importantísima penalización".

[En este sentido, el presidente de la CEOE, José María Cuevas, considera la propuesta del PP "bien orientada", aunque no es partidario de dejar el despido a la negociación de los agentes sociales, sino de aplicar una legislación más flexible, informa Efe.]Eliminar la ultraactividadEn materia de negociación colectiva, los dirigentes populares proponen que se elimine la denominada ultraactividad. Es decir, que se limite a un año la prórroga máxima de un convenio caducado. La contratación será otro de los objetivos de las reformas del PP cuando acceda al Gobierno. Su intención es eliminar de la larga relación de modalidades de contratos los que no tengan causalidad justificada y limitar las relaciones eventuales sólo para tareas temporales. Aparicio asegura que quizás baste con mantener los contratos de obra y servicio. También propugna la paulatina desaparición de los contratos de aprendizaje, aunque al mismo tiempo dice que se deben eliminar los actuales topes fijados en relación al tamaño de las plantillas y que la única limitación sea la capacidad formativa de la propia empresa.

El PP quiere modificar asimismo "algunos de los privilegios" de las centrales mayoritarias en las elecciones sindicales y que el pago de las prestaciones por desempleo pasen del Inem al Instituto de la Seguridad Social.

El ministro de Trabajo y Seguridad Social, José Antonio Griñán, descalificó ayer ese conjunto de propuestas y aseguró que provocarían "más precariedad y más conflictividad, son regresivas y hasta reaccionarias". Para el ministro de Trabajo, pactar los despidos sin una garantía de mínimos llevaría a una total desprotección y entiende que no se puede renunciar a la vía jurisdiccional.

Marcos Peña, secretario general de Empleo, afirmó con ironía: "Es un plan metafísico. ¿Que hay que mejorar la estabilidad en el empleo? Y el nivel del aire". También aseguré que muchas de las propuestas del PP ya están en vigor con la última reforma laboral, como el establecer una relación de causalidad en la contratación. Y se opone a que el Inem deje de gestionar los pagos por la prestación de desempleo: "El Inem lo hace bien. La percepción del desempleo debe estar siempre ligada al registro del Inem".

El presidente del Grupo Socialista, Joaquín Almunia, considera que algunas de las propuestas del PP son "regresivas e injustas" y atienden a los planteamientos defendidos por la patronal CEOE. Almunia defiende el mantenimiento de la actual legislación de los despidos porque garantiza "los derechos de los trabajadores ante despidos injustos y abusivos".

[Por su parte, el secretario de Acción Sindical de CC OO, Agustín Moreno, criticó ayer las propuestas de Jordi Pujol y José María Aznar en materia laboral "porque suponen buscar más vueltas de tuerca a las relaciones laborales", informa Efecom.]

El Grupo Popular en el Congreso lanzó ayer otra iniciativa: quiere que el ministro para las Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, comparezca en el Parlamento para explicar por qué el Gobierno no ha puesto en marcha ni uno solo de los 10 planes de empleo público que anunció en febrero de 1994, según explicó Manuel Núñez.

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