Ramón Hernández novela las múltiples facetas de la vida de Alfonso XIII
'El secreter del Rey' construye un personaje de hombre patriota, sensual y carácter libre
"Como Rey fue un patriota que quería una España grande, digna y respetada. Como hombre, lo más destacable fue su amor a la vida y la libertad. Como Borbón, era todo un sensual -no se conoce un Borbón que haya sido indiferente a las mujeres-". A estas conclusiones ha llegado el escritor madrileño Ramón Hernández tras cuatro años de investigación en torno al rey Alfonso XIII (Madrid, 1886; Roma, 1931), abuelo de Juan Carlos I. Su última novela, El secreter del Rey (Seix Barral), narra en primera persona la vida de Alfonso XIII de Borbón, "uno de los personajes regios más controvertidos de la Europa de finales del siglo XIX y principios del XX".
Hernández afirma que la obra es de ficción, pero que no ha inventado nada "que no esté de acuerdo con los datos históricos y objetivos en torno al Rey"."Es una frontera ética que me he impuesto a mi mismo", señala.Director de una biblioteca pública en Madrid y no especialmente proclive a la Monarquía, a Ramón Hernández le llegó a sus manos el libro de Arrigallaga Lo que no se conoce de la vida del Rey. "Me interesó muchísimo y nació en mi un loco deseo por conocer las vicisitudes de este rey", comenta el autor, que utilizó como base documental una extensísima bibliografía, entre ella, un diario íntimo que el propio monarca escribió en su adolescencia.
"Alfonso XIII quiso ser un buen rey, digno y respetado", explica el escritor, "pero se encontró con un país en decadencia y en vísperas del desastre que, en 1898, culminaría con la pérdida humillante de sus últimas colonias". Los políticos de la España de entonces eran rancios y decimonónicos; Alfonso XIII, hijo de Alfonso XII al que no conoció, fue criado entre mujeres en el interior del Palacio Real de Madrid y no tuvo ninguna formación universitaria ni tampoco una vasta cultura, según las investigaciones de Hernández.
Obligado a exiliarse en 1931, tras la proclamación de la 11 República, Alfonso XIII falleció 10 años más tarde en un hotel en Roma. "Sólo en el lecho de la muerte fue descubriendo la realidad y cuando se da cuenta de que Franco nunca le iba a devolver la corona. En ese momento adquiere la lucidez sobre su vida", asegura Hernández. Y las confesiones las hace ante una maqueta del Palacio Real de Madrid, que tiene frente a su cama, encima del secreter.El autor, que no se considera monárquico -"para hablar de un rey no hay que ser monárquico"-, no puede negar la fascinación que le ha producido el personaje. "Su vida más interesante fue la que vivió de incógnito. Hizo lo que hacen las personas que tienen dinero y muchas ganas de vivir libremente. Todos los Borbones, tanto hombres como mujeres, son muy sensuales. A esto se suma el que Alfonso XIII fuera un gran amante de las mujeres, galanteador y amado por ellas. Era como un galán de película. Casado con una inglesa fría y bella, la reina Victoria Eugenia, no le hizo ascos a prostitutas y mujeres plebeyas. Es más, todas sus amantes fueron plebeyas, lo que demuestra que no le hacía ascos al pueblo". Una de ellas fue una actriz, de nombre Carmen, con la que tuvo dos hijos -espiados a escondidas por su abuela, la madre del Rey- a quien dirigió una emotiva carta antes de abandonar para siempre España.
Fiel a si mismo
¿Su exilio fue una huida o con ella evitaba una guerra civil? "La historia ha probado que cuando se proclama la Segunda República, el Rey no cuenta con el apoyo del pueblo, ni del Ejército, ni de la clase aristocrática y terratenientes. Alfonso XIII no lo ignoraba. Le creo perfectamente capaz de renunciar a la violencia para no enfrentarse al pueblo. Hizo lo que tenía que hacer. Como dijo Chesterton 'No es cuestión de valor, hacer lo único que se puede hacer", asegura Hernández."No pretendo, ni quiero mitificarle, pero tampoco condenarle. Le he visto desde fuera, pero he llegado a la conclusión de que fue un verdadero patriota, siempre fiel a si mismo y buscador incansable del amor", finaliza el autor.
Babelia
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