Esfuerzos franceses de última hora para salvar la cumbre de la UE en Cannes

A 20 días de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) en Cannes, el presidente de la república francesa, Jacques Chirac, aprieta el acelerador diplomático para intentar salvarla con resultados tangibles. Chirac se reunió ayer en París con el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, con quien acordó que el empleo será el "asunto primordial" del Consejo Europeo, según indicó un portavoz de Santer. El presidente francés comunicó al de la Comisión su apoyo al Libro Verde sobre la moneda única, que trata de los aspectos concretos del pase a la tercera fase de la unión monetaria.Ambos acordaron también que los Quince deberían celebrar un amplio debate político sobre la reforma del Tratado, evitando "perder el tiempo en querellas ideológicas". Cannes daría así un "fuerte impulso político" -en realidad, una bendición- a los trabajos del Grupo de Reflexión preparatorio de la Conferencia Intergubernamental que en 1996 debe iniciar esa reforma. El grupo se constituyó el pasado fin de semana en Taormina, bajo la presidencia del español Carlos Westendorp, y debe presentar su documento al Consejo Europeo de Madrid, en diciembre.

Los trabajos de esta reforma inquietan a los países pequeños de la UE, temerosos de que los grandes aprovechen la ocasión para intentar recortar su peso institucional, su sobrerrepresentación en el Consejo. Los primeros ministros de Bélgica, Holanda y Luxemburgo se reunieron en la tarde de ayer para tratar esta cuestión.

Reunión previa

También para preparar el próximo Consejo Europeo se celebra el próximo viernes en París una reunión de jefes de Estado y de Gobierno, convocada por Chirac, para sustituir a la tradicional ronda de capitales que los presidentes semestrales emprenden antes de la reunión del Consejo Europeo y en la que tratará de llegar a acuerdos para dotar de contenido al de Cannes. Previamente, Chirac mantendrá un largo encuentro con el presidente que le sucede, Felipe González, centrado en temas europeos, pero que servirá también para reactivar la relación bilateral tras el cambio de presidente en Francia.

Además de las cuestiones de empleo y de la reforma del tratado -muy poco maduras-, y del Libro Verde -un interesante aunque simple trabajo técnico-, Francia pretende dejar resuelta en su presidencia la espinosa cuestión del programa plurianual de cooperación con los países ACP (África, el Caribe y el Pacífico), ligando estas ayudas a las de otras zonas. "¿Se imaginan a Kohl volviendo de Cannes a Bonn con el tema mediterráneo resuelto y con el de la Europa del Este pendiente, o a González de vuelta a Madrid con el del Este en el bolsillo y no con el del Mediterráneo?", comentaba recientemente un alto diplomático francés. "Tiene que haber acuerdo en todo o no lo habrá", concluía.