"Trabajo todo con el mismo espíritu", dice Antoni Tàpies

El pintor catalán Antoni Tàpies, de 71 años, mostró ayer su satisfacción por exponer su última obra gráfica en un lugar de grabadores, el Museo Casa de la Moneda, de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. "Trabajo todo con el mismo espíritu y ánimo; sobre papel, donde hay un factor sorpresa, o en los grandes lienzos, donde incluso ando sobre el cuadro", declaró rodeado de grabados de distintas técnicas y desconocidos en España, en el mismo lugar donde recibió en 1991 el Premio Tomás Francisco Prieto de medallística

La exposición Tàpies. Obra gráfica, abierta desde hoy y hasta el mes de septiembre en el Museo Casa de la Moneda, en Madrid (Doctor Esquerdo, 36), está planteada por Manuel Ferro, autor del diseño y dirección del catálogo, que incluye un texto de José-Miguel Ullán, como una muestra de las distintas técnicas empleadas por el artista en 52 obras desde 1981, con especial dedicación a las realizadas en los años noventa. Entre estas últimas se encuentran los realizados en un taller de Suiza, que se ven por primera vez."Lo único importante de los grabados es que se multiplican las imágenes y tienen más difusión, pero también hay una cuestión de técnica", declaró ayer Tàpies. "Hablan los materiales en sí mismos, el tipo de papel seleccionado y la técnica empleada, ya sea aguafuerte, buriles, litografías o maderas, que da un matiz distinto a la superficie y añade una expresividad a la imagen".

El papel está presente en Tàpies desde generaciones de editores y sus comienzos como artista, en dibujos y autorretratos, hace 50 años. "Es verdad que el papel lo aguanta todo. El de Japón y China son fantásticos. A veces he trabajado con cartones de embalar e incluso tengo uno encima de la chimenea y no le ha pasado nada. Tiene un factor sorpresa y azar, como con las cerámicas y la intervención del fuego. Lo primero es que los grabados se ven al revés y cambia el sentido".

Tàpies considera que en España está cambiando la opinión sobre el grabado, entendido como obra menor por su difusión y precio. "A los grandes coleccionistas les gusta tener piezas únicas, pero también los grabados son originales". El artista insiste en este carácter de obra original junto con la experimentación de técnicas y papeles. En la exposición hay litografías, serigrafías y xilografías -estas últimas, de gran tamaño-, pero también una combinación de aguafuertes, aguatintas, barnices y carborundo, donde aparecen con frecuencia los signos habituales de sus lienzos, como cruces, cifras, letras, sillas, labios.

"No me considero un pintor abstracto. Abstractos eran en los años treinta y después de la guerra, pero mi generación cruzó esa frontera. Puedo hacer cosas figurativas y abstractas. Soy marginado y después de 50 años de trabajo no me puedo quejar". Sobre el arte actual cree que se pasa "un mal momento y la sociedad está más interesada en la cultura de masas que en cosas que hagan profundizar en la, realidad".