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ESCALADA BELICA EN LOS BALCANES

Clinton está dispuesto a enviar tropas terrestres a Bosnia para ayudar a los 'cascos azules'

Antonio Caño

El presidente norteamericano, Bill Clinton, prometió ayer que no dejará a la OTAN en la estacada y permitió por primera vez "el uso temporal de fuerzas de tierra" en Bosnia para ayudar a los cascos azules. Su misión sería la de proteger a las tropas de las Naciones Unidas en su anunciada reubicación en zonas más seguras, pero varios funcionarios norteamericanos han mencionado también la posibilidad de que los soldados de Estados Unidos participasen en una fuerza de reacción rápida junto a otros países de la OTAN o fueran utilizados para el rescate de los rehenes.

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"Si es necesario, y después de consultas con el Congreso, deberíamos estar preparados para ayudar a la OTAN si decide aceptar una solicitud de Unprofor (Fuerza de Protección de las Naciones Unidas) para una retirada, una reconfiguración o un fortalecimiento de sus fuerzas", dijo Clinton en un discurso en la Academia del Ejército del Aire.El presidente no preciso si esa disposición incluye la posibilidad de que las tropas norteamericanas colaboren en una operación de comando para liberar a los cerca de 400 rehenes en manos de los serbios, pero manifestó: "Revisaremos cuidadosamente cualquier solicitud para una operación que suponga el uso temporal de nuestras fuerzas de tierra".

Clinton justificó su nueva política que modifica dos años y medio de resistencia a contribuir a las fuerzas de tierra de la ONU, con el argumento de que "una Unprofor fortalecida es la mejor garantía contra un desastre humanitario peor". El presidente, que tendrá seguramente que hacer frente a una fuerte resistencia de la oposición republicana para autorizar el envío de tropas, recordó ayer que "Estados Unidos tiene obligaciones con sus aliados de la OTAN". "No creo que podamos dejarles ahora en la estacada", dijo.

Clinton ha creído necesario reforzar la credibilidad exterior de Estados Unidos, aunque para ello ha tenido que violar su palabra anterior y asumir un altoriesgo Político. Los republicanos, que son mayoría en el Congreso, proponen el levantamiento del embargo de armas a los bosnios musulmanes para que ellos puedan defenderse por sí mismos, pero no aceptan la involucración de tropas norteamericanos en un conflicto lleno de incertidumbres.

Aunque el presidente anunció ayer que consultará al Congreso cualquier próximo movimiento en Bosnia, no necesita una autorización específica del Parlamento para el tipo de operación militar que se prevé actualmente. Otro de los riesgos que asume Clinton es el de que su política exterior se vea una vez más como contradictoria e insegura. Hasta ahora, el presidente norteamericano sólo había previsto el uso de sus propios soldados para garantizar una paz firmada por todas las partes o para ayudar a la retirada de las fuerzas de la ONU. Su declaración de ayer deja, sin embargo, la puerta abierta a una amplia gama de escenarios de intervención, aunque no como cascos azules sino bajo el mando de oficiales norteamericanos y como tropas de apoyo.

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Poco antes del discurso de Clinton, el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, había presentado a los 15 miembros del Consejo de Seguridad una gama de cuatro opciones en Bosnia, aunque apostó claramente por una de ellas: la reducción del número de cascos azules y de sus misiones, a fin de que cumplan únicamente con aquellas tareas que sean realistas y posibles. Las otras tres opciones son:

La retirada de los 22.000 hombres de Unprofor.

El mantenimiento de la situación actual.

El uso de acciones ofensivas por parte de los países miembros de la ONU, pero no bajo el mando y la bandera de esa organización.

El secretario general se manifestó en contra de las dos primeras opciones y dejó a criterio de los países la tercera. Los miembros del Consejo de Seguridad pueden pronunciarse por una de estas cuatro opciones o por una combinación de varias de ellas.

El presidente norteamericano dijo que todavía no ha recibido ninguna petición concreta de parte de los países con tropas en Bosnia y que, por tanto, no ha tomado todavía ninguna decisión precisa sobre el uso de las fuerzas norteamericanas.

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