La OTAN presiona a Gali para reforzar a los "cascos azules"
Los aliados exploran la apertura "a la fuerza" de corredores terrestres para las 'zonas de seguridad' de la ONU
Toda la presión se concentra ahora en el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali. Los ministros de Exteriores de los 16 países de la OTAN apretaron ayer el acelerador. "Estamos dispuestos a apoyar" el reforzamiento de los cascos azules en Bosnia dándoles "una capacidad acrecentadada de actuar y reaccionar", concluyeron. La OTAN reafirmaba así sus prouestas de ampliar el mandato de Unprofor y endosaba la triple estrategia diseñaen la madrugada de ayer por el Grupo Contacto:, crear una Brigada de Intervención Rapiada (BIA), abrir correaores terrestres aunque sea "a la fuerza" y abastecer a las zonas de seguridad incluso con helicópteros. Los aliados apoyaron la ofensiva diplomática sobre Belgrado.
La responsabilidad política última debe asumirla la ONU, y su secretario general, Butros Butros-Gali. La OTAN claveteó ayer la estrategia de presión sobre él, apoyando las propuestas tanto propias como de la Unión Europea y del Grupo de Contacto (GC: EEUU, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido y España) para ampliar el mandato de los cascos azules, hoy limitado a la ayuda humanitaria y al mantenimiento de la paz.La OTAN quiere ampliar las competencias defensivas a otras más activas. Y las tres propuestas lanzadas en la madrugada de ayer por el GC son la clave de bóveda de este giro. La ONU, se exige, debe pedir a los comandantes de Unprofor si avalan esa propuesta. Y se espera que Butros-Gali les haga caso y asuma el giro estratégico, con el apoyo del Consejo de Seguridad.
Primera iniciativa: la apertura de corredores terrestres, sobre todo entre Sarajevo y la Bosnia central (15 kilómetros). Da paso a "un cambio cuantitativo", en palabras del ministro español, Javier Solana, porque la apertura habría que hacerla "a la fuerza", ya que cuando se intentó tiempo atrás lograrla por consenso éste fracasó. Segunda: garantizar la llegada de víveres y ayuda humanitaria a Tuzla, Gorazde y otras ciudades también por helicóptero. Más riesgos para la Unprofor, lo que debe preocupar a los países comprometidos, aunque según Solana no afectarían a las tropas españolas, ubicadas en otras áreas.
La tercera iniciativa busca paliar estos riesgos y evitar otras tomas de rehenes por el Gobierno de Pale o sus bandas paralelas: es el redespliegue y concentración de los cascos azules y, sobre todo, la creación de la BIA. Esta brigada multinacional aerotransportada está aún poco definida, no se sabe aún si llevaría bandera ONU, OTAN, o de los países componentes. Serían unos 4.000 hombres, ubicados fuera de la zona de conflicto, pero prestos a acudir en horas a salvar a los soldados humanitarios. A entrar en fuego.
Futuras acciones ofensivas
La idea, propuesta al GC por el ministro francés, Hervé de Charette, no sólo viene a convalidar el desbordamiento de competencias de las tropas francesas en su refriega del pasado sábado. Augura futuras acciones ofensivas. Por eso, Rusia -que por sus lazos con Serbia es remisa a los ataques aéreos y a otras respuestas militares- exigió en el GC que todo se aprobase en el Consejo de Seguridad, donde tiene derecho de veto. Así lo entendieron varios asistentes. Pero el comisario europeo Hans Van den Broek declaró a El PAÍS que "no es necesaria una resolución del Consejo, basta la decisión del secretario general de la ONU".
Aunque el comunicado de la OTAN recoge la amenaza de otros posibles ataques aéreos, nadie los propugna en estos momentos, dada la cautividad de 374 cascos azules. La triple convicción que suscriben todos, incluso el semialiado Moscú, es que la Unprofor debe permanecer en el terreno (nadie evoca ya su evacuación ni el levantamien to del embargo de armas a Bosnia que la provocaría, tiempo atrás pretendido por Washington); que, más aún, se debe reforzarla con un nuevo y más amplio mandato; y que "queremos aislar a Karadzic", como dijo, afilado , el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher.
Para concretar ese aislamiento, hoy se desplaza a Belgrado el embajador de EE UU en el GC, Robert Frazure, tras el enviado de Yeltsin. Vuelven a ofrecer al líder serbio, Slobodan Milosevic, una "suspensión" parcial de las sanciones comerciales adoptadas contra Serbia a cambio de que reconozca al Estado de Bosnia, selle sus fronteras y presione para que Karadzic libere a los cascos azules usados como escudos humanos. El problema no es suspender las sanciones, sino qué pasaría si Milosevic volviera a las andadas. Moscú podría bloquear su reimplantacíón en el Consejo de Seguridad. Se busca una fórmula -quizá una comisión independiente que certifique si se ha incumplido o no en la que confien todos- para sortear las reticencias del Kremlin.
No hay optimismo desbordado, no. Pero algunos diplomáticos opinan que el tiempo juega ahora contra los serbobosnios, porque han perdido la Eslavonia Oriental y los bosnios son capaces de lanzar ofensivas. Y si Belgrado firma al fin la frontera, aunque sin asumir todo, el plan de paz, Karadzic quedará sin margen de maniobra. ¿Un sueño?. Desde las filas serbias la reacción a los nuevos planes de la OTAN tuvo tonos contrapuestos. Sus dirigentes se repartieron el palo y la zanahoria. Aleksa Buha, "ministro de Exteriores" de los serbios de Bosnia, afirmó que el refuerzo de Unprofor y el cambio de su mandato conduciría "directamente a la guerra" y a una "ampliación del conflicto". "No hay sitio para la negociación en el comunicado de La Haya. No podemos esperar nada bueno del nuevo mandato propuesto por el Grupo de Contacto para la fuerzas de la ONU. Por esta razón queremos cortar toda relación con la Organización de las Naciones Unidas".
El número dos de los serbios de Bosnia, Momcilo Krajisnik, declaró estar a favor de "la negociación y el diálogo" y subrayó que que "la fuerza no puede ayudar a restablecer la paz
Treinta 'sherpas' y una sola mujer
X. V.-F.La reunión del Grupo de Contacto (GC) en la noche del lunes- madrugada del martes fue especial. Muy informal. Los periodistas accedían a la sala de la conferencia de prensa conjunta sin identificación ni control, mientras que ayer, en Noordwikj, hasta un perro policía les husmeaba, y es que en la OTAN se derriten de gusto con las sobredosis de seguridad. Dentro de la Embajada francesa en La Haya, una treintena de hombres -cinco por país- y una sola mujer, la directora política del Foreign Office (Ministerio de Exteriores británico), Pauline Neville-Jones, bromeaban en medio de dramáticas discusiones por un párrafo, hasta la extenuación. Duró cinco horas.
Y es que la precipitación de la convocatoria, realizada apenas con 48 horas de antelación, el escaso personal y la herrumbre en los mecanismos del GC, que no se reunía desde diciembre, provocaron una situación insólita para las reuniones de la alta diplomacia internacional: hasta los ministros doblaron su papel. con el de sherpas. Consiste la ímproba labor de estos oteadores de cumbres con voluntad de liebre en preparar escritos, recortar párrafos, desbrozar acuerdos y definir corchetes donde concentrar y encajonar los momentáneos desacuerdos.
Pues eso hicieron también los ministros. El alemán, el ruso y el francés usaban su idioma, con salpicaduras de inglés. Los otros, incluido el comisario europeo Hans van den Broek, el ¡dioma de Shakespeare y el marketing. El ruso fruncía el ceño y cada vez que afloraba un párrafo demasiado probosnio intentaba compensar con una frase proserbia o diluyente. Pero "es muy simpático" y "los ministros se conocen tanto que la reunión se desarrolló con enorme fámiliaridad".
Una prueba de esas buenas maneras: el partido de tenis que hace poco Javier Solana le disputó a Andréi Kózirev en Moscú. Venció el español por la mínima. ¿Victoria diplomática?
Rusia firmará hoy el acuerdo especial "Dieciseis más uno" con la OTAN
"Sí, vamos a adherirnos". Con esta escueta frase, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Andrei Kózirev, anunció en la madrugada del martes su doble intención de firmar hoy, al fin, su adhesión a la Asociación por la Paz (APP), que reúne en una especie de antesala de la OTAN a una treintena de países, sobre todo de la Europa Central y Oriental; y de suscribir un simultáneo "acuerdo especial" con la Alianza Atlántica, que consagrará un diálogo formal y permanente entre Moscú y los Dieciséis. Un diálogo "más allá de la APP", que "conviene empujar aún más lejos", concluyeron ayer los ministros de Exteriores de la OTAN.El secretario norteamericano de Estado, Warren Christopher, dio ayer la bienvenida a esta decisión en la primera sesión ministerial de la OTAN, en La Haya, y dijo que "hace tres semanas en Moscú, Rusia ya dio su acuerdo" a ambos proyectos, en la entrevista de Bill Clinton con Borís Yeltsin. Pero hasta el último minuto la duda corroía a los diplomáticos occidentales, ya escarmentados porque el pasado diciembre el mismo Kózirev se negó en Bruselas a asumir los dos documentos en el preciso momento de su firma. Entonces alegó que los Dieciséis pretendían su ciega bendición a los proyectos de ampliación de la OTAN -hacia los países de su antigua área de influencia, deseosos de virar hacia Bruselas-, "decididos de antemano". Es más, un alto funcionario de la alianza aún susurraba, el viernes, su incertidumbre de que Kózirev acudiese a la reunión de ayer. "No sabemos sus intenciones", decía.
Los dos documentos son los mismos, ni una coma se ha cambiado. ¿Qué ha cambiado pues para que Moscú acceda a endosarlos?. El clima y "lo que está fuera del papel", dice un sherpa. Ahora todos los socios occidentales asumen con naturalidad la expresión de que lo que se mantendrá es una "relación especial" con Rusia, que la diferencia de otros países, aunque sin otorgarle ningún tipo de veto sobre la ampliación de la organización defensiva. "No será un Yalta-II, para repartirse otra vez Europa, como temían algunos países excomunistas", ilustró un diplomático español. El acuerdo de los Quince en Carcassone proponiendo un Acta o un Tratado para solemnizar esa relación -idea que no ha sido todavía desarrollada por los embajadores de la OTAN- plasmó ese trato privilegiado a Moscú. Su mismo papel en el Grupo de Contacto sobre Bosnia lo ha puesto de relieve una vez más. Y todos propugnan "ir más allá del más allá que supone esa relación especial", rezan las conclusiones.
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