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EE UU considera apoyar las reformas económicas de Castro para evitar un cambio violento en Cuba

Antonio Caño

La Administración norteamericana está considerando la posibilidad de apoyar paulatinamente las reformas económicas introducidas por el régimen de Fidel Castro como laúnica vía de evitar un estallido social en la isla que obligaría a una intervención militar no deseada en Washington. Esa nueva política, que comenzó a perfilarse este mes con un acuerdo migratorio con La Habana y quefue apuntada esta semana por funcionarios del Departamento de Estado ante el Congreso, situaría en el futuro las relaciones con Cuba en un plano similar al de Víetnam y algo inferior al de China.

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Los principales argumentos en favor de esa política, que modificaría más de treinta años de férrea hostilidad hacia el régimen nacido de la revolución, fueron suministrados en marzo pasado por un informe secreto del Pentágono que ahora ha sido dado a conocer.Oficialmente, portavoces estadounidenses niegan que se haya producido todavía un cambio de la política tradicional, simbolizada en el embargo económico, pero varios funcionarios han hablado en privado de la necesidad de abrir un diálogo constructivo con La Habana para negociar una transición aceptable para ambas partes.

El viernes, el secretario de, Estado, Warren Christopher, reconoció por primera vez que se están produciendo en Cuba "ligeros movimientos en dirección la economía de. rnercado". Y vicesecretario de Estado, Peter Tarnoff, reconoció que la Administración está "explorando vías compatibles con el Acta para la Democracia en Cuba, que permitan impulsar a las fuerzas que trabajan por el cambio". La Administración de Bill Clinton rompió ya, como consecuencia del acuerdo migratorio, su dependencia del exilio derechista de Miami, lo que impedía antes cualquier tipo de aproximación a Castro.

Escenarios del cambio.

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Esta nueva visión de las relaciones con Cuba ha sido principalmente provocada por las conclusiones de un informe del Pentágono que predice, como escenario más probable, una pequeña mejora de las condiciones económicas en la isla y la consolidación de Castro en el poder con controlables manifestaciones de protesta.

El peor escenario imaginable en el informe del Pentágono es la imposición de un Gobierno formado por el exilio cubano, que encontraría resistencia militar en la isla y "requeriría un extenso apoyo del Ejército de Estados Unidos".

Los autores del informe, profesores norteamericanos y rusos dirigidos por Néstor Sánchez, un. antiguo agente de la CIA que trabajó en el Pentágono durante la Administración de Ronald Reagan, consideran que existe un 40% de probabilidades de que el escenario de los próximos dos a cuatro años sea el siguiente:

- Continuación de la liberalización económica.

- Disminución del descontento hacia Fidel Castro.

- Incremento de la influencia de Raúl Castro y de las Fuerzas Armadas.

- Pequeños disturbios populares y emigración ¡legal.

En todos los demás escenarios contemplados, con o sin F¡del Castro -desde la radicalización de las reformas económicas hasta el fracaso de éstas, la lucha interna para sustituir a Fidel o la guerra civil-, Cuba se convertiría en una preocupación prioritaria de Estados Unidos hasta el grado de que podría hacerse necesaria una intervención militar.

Por tanto, del informe se desprende la conveniencia de que el Gobierno norteamericano respalde las reformas actualmente en marcha -pese a que eso suponga la consolidación de Castro-, no sólo porque es la salida más probable, sino también la que menos sacrificios exigiría a Estados Unidos.

En todo caso, aun si la Administración norteamericana se mantiene inactiva en relación a Cuba, Fidel Castro tiene posibilidades de salir adelante. "Si demuestra visión y capacidad para afrontar los desafíos económicos, puede continuar en el poder en los dos a cuatro años que analiza este estudio", asegura el informe. "A menos que se produzca un desastre natural", añade el documento, las condiciones generales mejorarán en Cuba. Pero no mucho. Y no sin la necesidad de tomar otras medidas para atraer la inversión extranjera y aumentar la producción nacional. En términos relativos, la mayoría de los cubanos estarán más esperanzados sobre su futuro, sobre todo si se compara con los oscuros días de 1993-1994".

El informe advierte que una radicalización inmediata de las reformas económicas, como la privatización de las empresas públicas o la cancelación de los subsidios, provocaría graves tensiones políticas en el liderazgo de Cuba y obligaría a Estados Unidos a prestar "atención especial" a la isla.

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