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CAMBIO EN FRANCIA

Juppé forma un Gobierno joven, con 12 mujeres y que reparte carteras entre las familias de la derecha

Enric González

El traspaso de poderes en Francia quedó ayer completado con el nombramiento del primer Gobierno de la era Chirac. El Gabinete de Alain Juppé es numeroso (42 carteras), relativamente joven (la media es de 48 años, y el portavoz tiene 30) e incluye 12 mujeres. Predominan los gaullistas, pero centristas y liberales se quedan con carteras tan importantes como Economía, Exteriores y Defensa. Hay también cuatro independientes. Es un Gobierno con numerosos departamentos sociales, nacido bajo el doble signo de la esperanza y la urgencia: los franceses han confiado en el cambio prometido por Jacques Chirac, y lo quieren ya. La presión es mucha. El riesgo de decepción es considerable.

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Juppé reconoció hace unos días que el Gobierno que tenía en mente era muy numeroso. Pero negó que se debiera a la necesidad de recompensar servicios prestados durante la campaña electoral. Según el primer ministro, la intención era "crear muchos cargos políticos en detrimento de los puestos técnicos". Juppé se refería al poder adquirido durante los últimos años por los altos funcionarios, especialmente en macrodepartamentos como Sanidad y Asuntos Sociales, desguazado en tres ministerios y dos secretarías de Estado.Las carteras sociales, de nuevo cuño o reformadas, son abundantes y sus denominaciones constituyen toda una declaración de intenciones. Al Ministerio de Trabajo, encargado al centrista Jacques Barrot, se añaden las funciones de Diálogo Social y Participación. Se crean los ministerios de Integración y Lucha contra la Marginación (Eric Raoult, gaullista) y Solidaridad entre Generaciones (Colette Codaccioni, gaullista), fruto del desguazamiento de Sanidad y Asuntos Sociales, del que salen también el Ministerio de Salud Pública (Elisabeth Hubert, gaullista) y la secretaría de Estado de Acción Humanitaria Urgente (Xavier Errimanuelli, fundador de Médicos Sin Fronteras).

Caras conocidas

Hay bastantes caras conocidas. Diez ministros que trabajaron a las órdenes de Edouard Balladur se integran en el gabinete de Juppé, repetidor él mismo. Pero sólo cinco balladuristas sobreviven a la purga efectuada contra quienes apoyaron la candidatura presidencial del ex primer ministro. Charles Pasqua, Francois Léotard, Nicolas Sarkozy y Simone Veil, los más significados traidores al chiraquismo, se reencontrarán con su antiguo jefe en los escaños de la Asamblea Nacional.

La novedad más llamativa es la de François Baroin, portavoz gubernamental con el rango de secretario de Estado. Tiene sólo 30 años y es un auténtico ahijado político de Chirac, de cuya campaña electoral fue un eficacísimo portavoz. Hijo de un ex Gran Maestre de la Gran Logia de Francia que era amigo íntimo del, nuevo presidente, al quedar huérfano entró en la órbita familiar de los Chirac. Se dedicó profesionalmente al periodismo durante unos años, pero lo abandonó para ganar un escaño gaullista en las elecciones generales de 1993. Otras incorporaciones notorias son la de Guy Drut (Juventud y Deportes, gaullista), que fue atleta y medalla olímpica en los Juegos Olímpicos de Montreal, y la de Françoise de Panafleu (Turismo, gaullista), hasta ahora gurú cultural en el Ayuntamiento de París.

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