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ELECCIONES EN ARGENTINA

Menem arrolla con el 50% de los sufragios

El reelegido presidente tendrá también mayoría absoluta en las cámaras para imponer su política

Juan Jesús Aznárez

Rompiendo los pronósticos de las encuestas, el presidente argentino, Carlos Menem, arrolló en las elecciones del domingo y logró un nuevo mandato sin necesidad de segunda vuelta. Su candidatura, con la estabilidad económica como bandera, se acercaba ayer al 50% de los votos y supera por cinco puntos el mínimo del 45% necesario para eludir la nueva votación, en la que la oposición había fundamentado sus esperanzas. "Ha sido un triunfo demoledor. Vamos a continuar con este proceso de transformación Argentina", proclamó. "Vamos a pulverizar la desocupación".

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La coalición de centro-izquierda Frente del País Solidario (Frepaso), del senador José Octavio Bordón, que prometió "decencia política y estabilidad' , se impuso en la capital federal y se establece como primera fuerza de la oposición política desbancando a la centenaria Unión Cívica Radical (UCR), hundida en la peor elección de su historia y con dirigentes alzados en armas contra el ex presidente Raúl Alfonsín. Cuando se llevaba escrutado más del 90% de los sufragios, Menem obtenía el 49,46%, Bordón el 29,63% y el radical Horacio Massaccesi el 17%.El Partido Justicialista (peronista) ganó en todas las provincias y, por primera vez desde 1951, consigue la mayoría absoluta en el Congreso al colocar a 136 diputados en una Cámara de 257. Antes tenía 125. La UCR mantiene 68 escaños, pierde 15, y el Frepaso sube hasta 25 desde los 13 anteriores, en manos de los grupos que integran el movimiento. El líder justicialista en el Ejecutivo disfrutará ahora de paso franco parlamentario para la aprobación de las leyes de ajuste al gozar también de mayoría en el Senado.

El peronismo retuvo las gobernaciones de 10 provincias y el radicalismo conserva las cuatro que puso en juego. Una de las sorpresas de la jornada fue la derrota de Bordón en su provincia, Mendoza, donde triunfó el justicialismo. El aporte de la provincia de Buenos Aires, donde" el gobernador peronista Eduardo Duhalde sumó más del 50% de los sufragios, aumentando el caudal de 1991, fue uno de los factores determinantes de la victoria, que supone la primera reelección presidencial desde 1952. La izquierda tradicional, con dogmas superados o inviables, no llegó al 1%, y el ex teniente coronel golpista, Aldo Rico, quedó reducido a cenizas.

Presente en la Casa Rosada cuando el escrutinio avanzaba inapelable, Menem se explicó: "En 1989 dijimos que haríamos cirugía mayor si anestesia. Ahora digo que vamos a pulverizar la desocupación". El jefe de Estado se convirtió en el cuarto presidente argentino reelegido después de Julio A. Roca, Hipólito Yrigoyen y el general Juan Domingo Perón. "Ratifico a todo mí Gabinete", anunció. Después, agradeció desde la balconada el clamor de una ruidosa concentración de apoyo: "Estamos ante un renovado éxito del movimiento nacional justicialista que en los últimos años se ha transformado en invencible, aquí y en todas las partes de la república". "Gracias a Dios hemos ganado en la primera vuelta para que Argentina siga creciendo en paz, en libertad, en justicia". Y recordó a su hijo, recientemente fallecido en accidente de helicóptero. "Este triunfo se lo debo a ustedes, pero les pido permiso para dedicárselo a mi hijo, que nos estará observando y celebrándolo. Sepan que los quiero mucho, que los amo. Sigan celebrando, sigan festejando y después cada uno a su trabajo".

El Frepaso, que confirma el segundo lugar que anticipaban las encuestas al beneficiarse del descontento radical y las demandas de mayor limpieza institucional e independencia de los poderes, registra un crecimiento notable. De lograr. apaciguar las divergencias entre las formaciones que integran esta heterogénea coalición y consolidarse como partido, quebrará el bipartidismo argentino que hasta 1943 enfrentó a conservadores y radicales y a partir de 1946 a radicales con peronistas. Poco depués de las diez de la noche, Bordón se dirigía a su gente, reunida con un regusto amargo en un céntrico hotel de Buenos Aires. "Pese a lo que digan, no nos van a dividir, no nos van a dividir, (...) sabemos muy bien que estamos representando a unos siete millones de argentinos, sabemos lo que quieren y lo que sienten".

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