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Un muerto a 170 kilómetros de Kinshasa, acerca el Ebola al corazón de Zaire

Los expertos sobre el terreno esperan un aumento de casos

El Ebola causó ayer la primera víctima fuera de la zona de cuarentena, apenas a 170 kilómetros de la capital zairena Kinshasa. Tres casos se han detectado en el pueblo cercano de Kenge. Los mensajes tranquilizadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no coinciden con quienes trabajan en el terreno ni consuelan a la población de Kitwit donde cada ciudadano se ha vuelto sospechoso.

A primera vista, Kitwit es sólo una típica ciudad africana, irregular y grande, medio escondida entre palmeras al borde de una selva tropical. Las calles son bulliciosas y los mercados están repletos de personas que compran comida. Pero es en esta ciudad zaireña de 500.000 habitantes donde ha estallado el pasado mes de marzo una de las enfermedades más letales conocida por el hombre y donde la ansiedad y el miedo se han desbocado.A pesar de ello no hay señales de la apocalíptica visión reflejada en la película Estallido, el último producto de Hollywood sobre el estadillo de un terrible virus. "La vida sigue adelante, pero cada ciudadano se ha vuelto sospechoso para el otro", dice el padre Martin Wingi, un sacerdote que conocía por lo menos a tres de las victimas del Ebola en Kitwit."La gente empieza a tener miedo, ¡pero qué se puede esperar!. Hay personas muriendo todos los días", afirma Eric Medi, otro residente de esta ciudad. "La gente no quiere ni siquiera dar la mano por el miedo".

El virus Ebola, que produce una hemorragia incontrolable y una de las enfermedades más mortales para el hombre, ha vuelto a resurgir aquí en marzo. La primera víctima, un técnico de laboratorio murió en Abril. Desde entonces, se han producido un total de 65 casos y 48 fallecimientos en esta localidad zaireña y en otras dos, del oeste de éste país centroafricano.La lucha de los expertos extranjeros llegados para frenar la expansión de la enfermedad está lejos del escenario mostrado en el cine. En Kitwit, situado a 500 kilómetros por carretera de la capital, Kinshasa, la realidad es mas cruda. El virus, que toma su nombre de un río del norte del Zaire, mata a 9 de cada 10 víctimas, pero la OMS, que tiene expertos estudiando el desarrollo de esta enfermedad confía en que precauciones sanitarias sencillas puedan frenar la expansión del virus, un, método mejor que el que contuvo el brote anterior de este virus en Zaire en 1976 y 1979.

El virus, afirman los expertos de la OMS, se extiende a través de la sangre y las secrepiones corporales y no por el aire, que fue la causa de la epidemia de peste neumónica que asoló parte de la India el pasado verano.

Un brote mas peligroso

La mayoría de los 42 muertos en Kitwit eran trabajadores sanitarios en el hospital de 350 camas de la ciudad. El máximo experto en virología de Zaire, Jacques Muyembe, en la zona desde principios de mayo, afirma que son inevitables más muertes. Muyembe, que encabezó el frente de acción contra el anterior brote de 1976, asegura que el actual es "mucho mas serio". Muyembe afirma que hay varias fases de la epidemia. "Ahora estamos en la segunda fase, en la que morirá mucha gente. Lo que tememos es la tercera fase. Si se produce, será terrible".

A pesar de las noticias tranquilizantes desde Ginebra, el miedo y la sospecha están tomando cuerpo entre la población. Dentro del hospital, un trabajador del aeropuerto vocifera a los operadores de la televisión que buscan planos de mujeres enfermas. "Vais a morir si permitis que esa gente os toque".

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