Inge Morath defiende la fotografía a ojos cerrados
La esposa de Arthur Miller visita en Madrid su exposición 'España, años 50'
Gracias a su cámara -la pequeña Leica que como sello de identidad, cargan todos os pioneros de la agencia Magnum- Inge Morath (Austria, 1923) habla nueve idiomas, entre ellos el ruso, el chino y el rumano. "La gramática te da las claves del alma de un país, dice en un limpio castellano. "La verdadera fotografía, siempre al margen de acontecimientos, se hace con el espíritu, a ojos cerrados, con los conocimientos que te dan la lengua, la pintura y la literatura de cada país", añade. "Mi cámara ha sido la disculpa perfecta para conocer los artistas y los lugares que me interesan".
Gracias a su cámara, Inge Morath también conoció, en 1960, a su marido, el dramaturgo norteamericano Arthur Miller. Por primera vez la reportera se convirtió en noticia. El encuentro, todavía hoy rodeado de morbo y leyenda, fue en el rodaje de Vidas rebeldes, película escrita por Miller para su segunda mujer, Marilyn Monroe. Inge era la fotógrafa del filme y en él realizó algunas de sus imágenes más conocidas, como una de Marilyn bailando sola, vestida de negro y descalza, en un descanso del rodaje."Yo soy una mujer muy distinta a Marilyn. Ella era trágica, siempre intentando aparentar que era feliz cuando era profundamente desgraciada. Tengo un buen recuerdo de ella, de una mujer muy cariñosa y buena, pero irremediablemente infeliz".
"Un hombre complejo"
"No es que estar con Arthur sea fácil", continúa la fotógrafa al referirse a su marido,, con el que tiene una hija, Rebecca Miller, actriz, de 29 años. "Es un hombre complejo pero yo tengo mi profesión, mi trabajo, soy independiente, profundamente independiente. No necesito su aprobación cada mañana. La única forma de ser feliz con un hombre como él es tener tu vida. Nunca le. he esperado con la cena puesta, no me parece mal que otras lo hagan,pero se que a él le aburriría".
Inge Morath sigue siendo, a sus 72 años, una mujer atractiva y de aspecto. atlético. "Una nadadora de campeonato", escribió el cineasta John Huston en sus memorias. La lista de intelectuales y artistas retratados por Inge es casi interminable (Picasso, Calder, Miró). "La fotografía ha sido la disculpa para conocer a la gente que me interesaba. Mi último descubrimiento ha sido la escultora Louise Bourgeois, muy de moda ahora en Nueva York." Tiene 92 años pero se comporta, como una veinteafiera. Es genial".Ayer, la fotógrafa pasó por Madrid para visitar la exposición que desde hace un mes se exhibe en el antiguo MEAC, y que recoge su visión de la España de los 50. Inge llegó a España, en 1952, como, ayudante de su maestro en la agencia Magnum, Henri Cartier. Bresson. Quedó tan impactada con lo que vio que después volvió sola para realizar su propio reportaje. Un trabajo, que se prolongó durante varios meses. "Me enamoré del país. En España viví una segunda adolescencia", afirma la fotógrafa. "Leí El Quijote, estudié la pintura del Prado y escuché miles de historias. Siempre me ha sorprendido la falta de pudor de los españoles a la hora de hablar de sus vidas privadas. Ahora todo ha cambiado mucho. Es un país más abierto, la gente viste bien. La vida parece más fácil. Aunque yo echo de menos la gran elegancia de las mujeres de campo vestidas de negro: Ahora veo pocas".
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