Un obispo argentino pide perdón por la cobardía eclesial durante la 'guerra sucia'

Imposible ya el silencio, el obispo Jorge Novak pide perdón por la cobardía de la Iglesia católica durante la última dictadura militar argentina, un gendarme en aquellos años acusó a vanos comandantes del cuerpo de robar a sus víctimas, y el presidente Carlos Menem reclama de los montoneros y del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) una admisión de crímenes y responsabilidades similar a la efectuada por el jefe del Ejército, teniente general Martín Antonio Balza.

, El comandante en jefe de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier Juan Paulik, se sumó ayer, por su parte, al reconocimiento público de la utilización de métodos ilegales durante la represión de la subversión durante la dictadura militar. En declaraciones al diario La Nación, Paulik admite que "el empleo de medios ilícitos empleados por el Estado es más injustificable, por cuando se disponía de una infraestructura jurídica para eliminar el terrorismo".Jorge Reyna, que primero empuñó las armas en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y después fue uno de los mandos de la guerrilla montonera, se muestra dispuesto a un debate sobre los errores políticos cometidos "que sin ninguna duda, ayudaron para que haya una tragedia nacional". "Pero otra cosa es el arrepentimiento", precisó. "Yo, todo lo contrario, me enorgullezco de haber tratado de cambiar el mundo. Es la columna vertebral que me sostiene vivo después de todas las cosas que viví, de haber estado preso, de haber sido torturado, de haber visto torturar a mi mujer, de que me hayan querido robar una beba que hoy tiene 24 años, de haber visto caer a mis camaradas, que soñaban con un país más justo. De eso no me puedo arrepentir".

Reyna, en sintonía con otras manifestaciones de antiguos guerrilleros, sostiene que la violencia empleada "fue una cosa que colocó en la sociedad argentina la oligarquía de este país". "Si tomamos las últimas décadas", agrega, "la violencia política empieza con la caída del peronismo en el año 55 cuando Rojas desde una cañonera amenaza con bombardear la destilería de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) si no renunciaba Perón. No se podía hablar de Perón, la gente era torturada por eso...".

La Iglesia, reunida en Conferencia Episcopal, delibera sobre cómo presentar públicamente su reconocimiento de culpas y salir al paso de las acusaciones, pero el obispo de la diócesis de Quilmes, Jorge Novak, uno de los pocos obispos que se mantuvo firme en la denuncia de los atropellos militares, se adelantó. "Sin duda, el capítulo de los desaparecidos resulta una pesada carga para nuestra conciencia conciencia eclesial y no hacemos otra cosa que lo que debemos: pedir perdón por nuestra insensibilidad, por nuestra cobardía, por nuestras omisiones y complicidades".

El ex gendarme Federico Talavera admitió que condujo camiones robados donde cargaba muebles y enseres robados a los detenidos, muchos de ellos asesinados después. "El jefe de la base disponía de esos muebles que en más de una oportunidad fueron a parar a las casas de veraneo de distintos jefes".