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Entrevista:

"Los parados no comen peor que los demás madrileños"

, Desde su cátedra de Nutrición de la Universidad Complutense, Gregorio Varela estudia al detalle el comportamiento alimenticio de los españoles. Saber qué comemos y qué deberíamos comer le apasiona tanto que, a sus 75 años, luce feliz y saludable como un chiquillo. O casi. Además de presidir la Fundación Española de la Nutrición, acaba de dirigir en el Colegio Libre de Eméritos el curso Realidad y fantasía de las vitaminas.

Pregunta. ¿Qué hay de real y de fantástico en las vitaminas?

Respuesta. Son necesarias para que todo funcione bien, pero por tomar muchas vitaminas no se adelgaza, ni se engorda, ni, se come mejor.

P. ¿Se abusa en Madrid de los suplementos vitamínicos?

R. Sí, pero mucho menos que en Estados Unidos u otros países, La dieta madrileña, como la del resto de España, cumple con creces las necesidades diarias. Un ejemplo es el consumo de fruta y verdura, que debe ser de 350 gramos diarios y en Madrid es de 480. Eso quiere decir que muchas personas que toman suplementos vitamínicos no los necesitan realmente.

P. ¿Quiénes los necesitan más?

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R. Las personas mayores, que comen menos porque hacen poco ejercicio, y aquellos que consumen de manera crónica medicamentos. No hay que olvidar que, tomada en exceso la vitamina D puede ser peligrosa.

P. ¿Los niños deben tomarlas por sistema?

R. No, si comen bien. Nosotros hemos estudiado la alimentación en un colegio medio de Madrid y hemos comprobado que niños y niñas comen muy bien hasta los 13 años. A partir de esa edad, las niñas comen menos por el papanatismo de no engordar, justo cuando comienzan a menstruar. El resultado es que un 45% tiene anemias.

P. ¿Qué peculiaridades tiene la dieta madrileña?

R. Tiene menos calorías, mas grasas y una proteína de mejor calidad. Se consume menos pan y menos patatas porque el porcentaje de gentes que sigue dietas para no engordar es mucho mayor, y además el trabajo físico es menor que en ciudades más pequeñas. Pero que paguen el pato las patatas y el pan no es bueno. En alimentación, la variedad es fundamental.

P. ¿Estar bien nutrido es cuestión de dinero?

R. No. Se ha hecho un estudio sobre los efectos del paro en Madrid sobre la alimentación, y la conclusión es que, en general, no comen peor los parados; comen diferente. Se gastan menos en comer (algo que pretendemos todos los nutriólogos); comen más garbanzos y lentejas; más pescado graso, que merluza; más pollo y más ternera. Sólo tienen un pero: consumen menos fruta, porque es más cara.

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