_
_
_
_

Norteamérica se enfrenta a una nueva ola de sida en jovenes de 18 a 24 años

San Francisco registra 1.000 nuevos contagios por VIH al año

Norteamérica asiste perpleja a la "segunda ola del sida": el aumento de infecciones entre jóvenes heterosexuales, entre los 18 y los 24 años, que en una ciudad como San Francisco (EE UU) engrosan una lista de 1.000 nuevos casos de contagio cada año. El fenómeno se repite en ciudades canadienses, según se puso ayer de manifiesto en los II Encuentros de Segovia sobre la Vanguardia Científica y Clínica.

, El conocimiento de las vías de transmisión del virus del sida y 14 años de información machacona, sobre cómo prevenirlo, no han evitado que se siga produciendo un alto nivel de nuevos contagios, incluso en los países más sensibilizados sobre esta enfermedad. La "segunda ola del sida", como la denominó James Kahn, director del programa del sida de la Universidad de California, se está cebando en los más jóvenes, a través de contactos heterosexuales y "en términos relativos más en mujeres que en hombres", dijo Kahn.Julio Montaner, codirector del programa federal del sida en Canadá, reconoció que la situación se repite con las mismas características en grandes ciudades canadienses.

"Los esfuerzos educativos están fracasando en términos relativos", se justificó Kahn. "Porque hay que tener en cuenta que en 1981 y 82 se estaban registrando en San Francisco unas 5.000 nuevas infecciones al año y ahora ha bajado a la quinta parte". A principios de los ochenta, sin embargo, la información sobre el virus y sus vías de entrada en el organismo era escasa. La cruda realidad, para médicos e investigadores, es, en palabras de Kahn, que "a pesar de que les hemos enseñado a evitar el contagio, no podemos convencer a todo el mundo para que cambie sus hábitos. Hay que ir más allá".

El más allá es la búsqueda frenética de tratamientos, cuya estrategia más esperanzadora es la terapia antirretroviral combinada contundente y temprana, a pesar de las resistencias, en opinión unánime de 10S investigadores reunidos en Segovia. "Si yo estuviera infectado saldría corriendo a pedir este tratamiento", afirmó Montaner, consciente de la controversia que suscita un tema del que todavía no hay resultados definitivos a medio plazo sobre su eficacia.

Con mayor o menor optimismo, ésta es la apuesta. Yung-Chi Chen, de la universidad de Yale, no dudó en afirmar con rotundidad que, a la luz de los conocimientos actuales, "en diez años seremos capaces de curar a los enfermos con sida", frente a un Kahn y a un Montaner más cautos que se limitaron a augurar para esa fecha tan solo una mayor eficacia de fármacos.

La otra gran línea de investigación se centra en la terapia génica contra el sida, cuyos primeros ensayos in vitro se realizan en EE UU, según Marvin Reitz, de los Institutos Nacionales de la Salud en Bethesda. Se trata de introducir en el organismo infectado unos genes (vacunas intracelulares) capaces de impedir la entrada del virus en las células y su replicación. "No va a ocurrir rápidamente", matizó Reitz.

Ni Luc Montagnier descubridor del virus del sida, en 1984, ni Robert Gallo, asistenfinalmente a la reunión como estaba previsto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_