Para la memoria
Tricky / P. J. Harvey., El cartel que anunciaba el concierto de la británica P. J. Harvey, además de ofrecer el aliciente de tener sobre el escena rio a esta soberbia artista, venía precedido por Tricky, unos te loneros que traían los novísimos y eclécticos acordes del sonido de Bristol. Con Tricky comenzó la elevación de la música, el enganche atento del público en un comienzo de concierto que sólo pudo ir a mejor y cuyo único fin posible fue la sublimación del rock y el pop.
To bring you my love fue el tema que abrió el recital que P. J. Harvey trajo para ahogar de placer al afortunado público que llenó la sala. La menuda y delgada Harvey recorrió su concierto sin guitarra, otorgando al espacio una libertad de movimientos perfecta para entregarse a la actuación en cuerpo y alma; algo habitual y perceptible a lo largo de sus cuatro trabajos. No hay repetición, ni linealidad, ni abuso a pesar de las estudiadísimas estructuras y de los muchos detalles que adornan sus composiciones: simplemente una lúcida cabeza tras una obra genial. Y genial resultó al fin un concierto penetrante y absorbente, que pudo sumir en una eufórica tristeza, que pudo convencer de las posibilidades infinitas de la música y que podrá alegrar más de un buen rato con su recuerdo. P. J. Harvey y sus cinco magníficos acompañantes rebasaron la difícil línea que separa otras cosas de lo que alcanza a ser arte. Un concierto histórico.
Sala Pachá
800 personas. Madrid, 19 de abril.