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Mailer escarba en el asesinato de Kennedy

El escritor norteamericano dedica un exhaustivo libro a la vida de Oswald

Los 31 meses que Lee Harvey Oswald pasó en la Unión Soviética antes de regresar a su patria y ser acusado de asesinar al presidente Kennedy el 22 de noviembre de 1963 fueron Parte del complicado secreto que rodea el magnicidio de Dallas. Norman Mailer, junto a Lawrence Sthiller, publicará en mayo próximo un libro titulado El cuento de Oswald. un misterio americano (Random House), donde se reconstruyen con declaraciones de testigos, autoridades, familiares de su esposa y cintas grabadas por el KGB, las peripecias del controvertido personaje.

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Una cuenta pendiente

Su mujer, que reside actualmente en Tejas, ha declarado a Mailer que nunca entendió a su esposo y, lo que es peor, "la sacaba de quicio". ¿Era un loco Oswald y no un agente de la CIA y, más tarde, un agente del KGB? Las autoridades soviéticas creyeron siempre, según los testimonios que su obstinación por vivir en Rusia, tras haber llegado como turista en clase de lujo, obedecía a un encargo del espionaje norteamericano. Ciertamente no sabía una palabra de ruso, se hacía un enredo para cargar una película en una cámara de fotos moscovita y, aún habiendo sido marine, cuando salía a cazar no cobraba una sola pieza. Esto lo aliviaába de sospechas ante el KGB. Tenía en su contra, sin embargo, haberse cortado las venas cuando le, negaron la residencia para manifestar su firme decisión, de habitar bajo la sombra de Lenin; y su destartalado conocimiento marxista que más parecía una farsa que una militancia cabal.Formado en el marxismo de Estados Unidos, no se podía pedir más, pero la inteligencia soviética creyó que no tenía un pelo de tonto. Inmediatamente después de que se casara con la que fue su guía turística, Rimma Shirakova, 22 años entonces, les atribuyeron un apartamento en la ciudad de Minsk y en la habitación contigua se apostaron a la escucha los empleados del KGB. Las grabaciones revelan lo mal que se las arreglaban con su sueldo en una fábrica de radios y, sobre todo, lo mal que se llevaban entre sí. Una sarta de insultos y vejaciones llenan los archivos a los que han tenido acceso los periodistas. Ella pasa por ser una mala ama de casa, perezosa y egoísta. Él por ser un maniaco depresivo, cargado de agresividad.

Los autores, acaso espoleados por esta copiosa información, se han interesado también por la sociedad comunista de entonces. Por ejemplo, de qué hablaban los obreros en el trabajo, qué temores les, acechaban y, desde luego, qué relaciones se, mantenían entre hombres y mujeres.

La pregunta clave queda no obstante, sin despejar con claridad. ¿Proyectó Oswald la muerte de Kennedy en la URSS? Su mujer, 30 años después, dice: "Él no lo mató". No tiene reparos en admitir que lo odiaba y que nunca llegó a conocerlo bien, pero cree saber que no era un asesino.

Las autoridades, soviéticas no quieren saber nada. Un agente del KGB que siguió a Oswald cuando en 1962 volvió a Estados-Unidos, arrastrando a su esposa, llegó a Moscú el mismo día siguiente del asesinato. ¿Era el signo de la misión cumplida? El jefe de la contrainteligencia soviética de entonces declara que cuando supo que Kennedy había sido asesinado, pasó "el peor momento de su vida". No le consta que Oswald fuera inducido a ser un agente comunista o se comportara como tal en algún momento. Y agrega: "No se podrá encontrar a nadie en nuestro país que pueda testificar sobre las inclinaciones criminales de Oswald respecto al presidente de Estados Unidos".

Minucioso, coloreado de anécdotas y de referencias al periodo de Jruschov, el nuevo libro de Norman Mailer, que no publicaba desde 1991 (El fantasma de Harlot), recuerda, el estilo de sus anteriores obras, mezcla de investigación periodística y de novela. Mailer ha sido galardonado con dos premios Pulitzer, Ejércitos de la noche: la historia como novela-la novela como historia y La canción del verdugo: una novela de la vida real, en cuyos títulos está más que clara la poética de un texto como el que aparece ahora.

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