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La campaña antipirateo informático genera 700 cazarrecompensas y 216 denuncias

La industria española ha ofrecido hasta medio millón por delatar programas copiados

Hasta un total de 500.000 pesetas es la recompensa que la Business Software Allianze (BSA) -asociación que agrupa a las compañías, más importantes del sector informático, para combatir las copias ilegales- ofrece a cualquiera que pueda dar con ellos. La oferta, que comenzó el pasado 15 de febrero, concluye el próximo sábado. Alrededor de 700 cazarrecompensas españoles han facilitado ya información y hay 216 denuncias en firme que están siendo investigadas por BSA. Los datos de esta peculiar campaña anticorsarios obran ya en poder del juez.

"En los dos meses que lleva funcionando el programa de recompensas ya ha dado unos resultados excelentes si se compara con todo el año anterior", a decir del portavoz en España de la asociación, Javier Ribas. Los delatores reciben el 10% del total de la indemnización conseguida por daños y perjuicios, con un máximo de medio millón de pesetas. Una línea 900 y un contrato que garantiza "cierta" confidencialidad de la información es el medio utilizado para concursar al premio. El dinero recaudado no vuelve a las arcas de las empresas cuyos programas han sido copiados, sino que se reinvierte en la asociación para combatir la piratería informática. De momento, los cazarrecompensas no han visto un duro: "Lo tendrán, si prospera su denuncia, cuando se cobre", dice el portavoz de BSA. El año pasado la BSA re caudó cerca de mil millones de pesetas en toda Europa en concepto de indemnización. La lucha casi desesperada para combatir este delito, que ha dejado unas pérdidas calculadas en los tres últimos años de casi 140.000 millones de pesetas a las empresas fabricantes, comenzó a principios del año pasado. Entonces, la recién aprobada Ley de Protección Jurídica de Programas de Ordenador -del 23 de diciembre de 1993- aportó las herramientas necesarias para coger en flagrante a las empresas o negocios con vocación de copiones. La nueva normativa incluyó, como principal novedad, la posibilidad de efectuar registros por sorpresa, a requerimiento del juez en la vía civil, en los lugares donde hubiera evidencia de delito. Hasta que apareció esta normativa, la única protección contra los corsarios del silicio en España era la Ley de Propiedad Intelectual de 1987. "En esos seis años, hasta la aprobación de la ley de 1993, se consiguieron sólo 25 sentencias tramitadas por BSA condenando las copias ¡legales", dice Ribas.

Acceder a ser legal

"Se calcula que en 1993 el 88% de los programas más comunes (procesadores de texto, hojas de cálculo, programas de con tabilidad) eran copias no auto rizadas", declara el represen tante de BSA. El año pasado la cantidad se redujo hasta el 73%. Para sacar a flote todo el dinero al margen de los derechos de la propiedad intelectual, se diseñó un programa de divulgación de la nueva ley para "invitar" a las empresas en situación irregular a que se "normalizarán voluntariamente". Gracias a esta campana, durante 1994, un total de 191 empresas accedieron a ser legales, previo pago de la indemnización por daños y perjuicios.

Sin embargo, una nómina de ocho empresas fueron objeto de registros sin aviso previo en 1994. "Siempre se ofrece la posibilidad de llegar a un acuerdo, de forma que BSA se aparta de la acusación particular; hecho que suele pesar para que el fiscal también se retire y se termine por archivar el caso", dice Ribas. En tres de los pleitos del año anterior ya se ha producido la negociación.

Los términos del acuerdo son claros. Los denunciados se comprometen, por orden, a admitir públicamente el delito; a dejar que BSA haga una auditoría interna sobre su equipo informático; a pagar daños y perjuicios, y, por último, a admitir un registro pasados seis meses. Si el demandado se aviene a un acuerdo, y en caso de que el ministerio fiscal renuncie a seguir adelante, el acusado evita una multa que puede llegar hasta los 10 millones de pesetas y se libra de la posible. pena de prisión.

En 1995, y en apenas el mes y medio que lleva funcionando la nueva campana para cazar piratas a golpe de recompensa, se ha llegado a alcanzar la marca de todo el 94. Seis empresas esperan en capilla que el registro les sorprenda, y un total de 210 están siendo investigadas por el equipo de 15 detectives de BSA antes de solicitar la in tervención de la policía.

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