"México ha sufrido un castigo casi vengativo"
Sebastián Edwards, responsable del Banco Mundial para América Latina, lo tiene muy claro. La crisis financiera mexicana se ha extendido a otros países sólo por la dificultad de los inversores para distinguir las diferencias entre unos y otros. Este profesor de la Universidad de Los Ángeles, nacido en Chile y que ha trabajado en otros nueve países latinoamericanos, recuerda, en su reciente visita a Madrid, que el problema más importante de la región es la pobreza.Pregunta. La debilidad del dólar, que ha provocado la última tormenta monetaria, se achaca en parte a la crisis de México. ¿No cree que el mundo industrializado está pagando caro los errores del Gobierno mexicano?
Respuesta. Sin duda la crisis ha extendido sus efectos a Amé rica Latina, donde se ha producido una situación difícil porque a los inversores extranjeros les ha resultado muy dificil distinguir entre México y el resto de la región. Pero en el caso de la debilidad del dólar con respecto al yen y al marco, la crisis mexicana es muy secundaria.
P. ¿Puede darse un nuevo estallido de la deuda externa en América Latina, como ocurriera a comienzos de los ochenta?
R. Creo que no. Las circunstancias actuales son muy diferentes. Si bien la situación en México es muy delicada, la magnitud de la deuda con respecto a las variables económicas importantes es mucho menor. Además hay una situación muy controlada desde el punto de vista de las finanzas públicas, y en casi todos los países de América Latina la capacidad productiva es muy capaz, en el sentido de que la productividad cada vez es mayor y va a permitir a los países recuperarse por la vía de las exportaciones. Sin embargo, me preocupa esa dificultad de los, inversores para distinguir los distintos países, y no comprender que Argentina, Brasil, Colombia o Chile tienen situaciones muy diferentes a la mexicana.
P. ¿No está justificada entonces la retirada de fondos de esos países?
R. No. Donde puede haber mayores dudas es en el caso de Argentina, pero cualquier análisis detallado indica que es una duda no justificada. Argentina creció durante los últimos cuatro años entre el 40/o y el 7%, las exportaciones crecieron del orden del 15% al 18%, y sus reservas internacionales cubren toda la masa monetaria.
P. ¿Qué errores ha cometido México para acabar así?
R. Preferiría decir las lecciones que se aprenden. Y son cuatro: no hay que descuidar la balanza de pagos; hay que incentivar la inversión extranjera directa a largo plazo; la productividad tiene que crecer para exportar más, y el sistema de cambio fijo tiene que ir acompañado por otras medidas coherentes con el mismo. Finalmente, nunca hay que subestimar el poder destructivo de los disturbios políticos.
P. ¿Además del ajuste económico, México no necesita una nueva situación política?
R. El presidente Zedillo está moviéndose muy agresivamente en la solución correcta.
P. ¿Y no teme que la crisis mexicana provoque la desestabilización política en América Latina?
R. Creo que no va a suceder. Pero eso no quiere decir que no tengamos que continuar trabajando en lo social, porque en América Latina lo más grave es el problema social, la pobreza.
P. ¿Los mercados están castigando demasiado a México?
R. Sí. Ha sufrido un castigo casi vengativo. Si se piensa qué significa haber entrado en el NAFTA (el mercado común de México con Estados Unidos y Canadá), la modernización de la economía y una tasa de cambio de siete pesos por dólar, hay que concluir que es una economía de gran potencial. Ha habido un castigo excesivo, que México no se merece y que no se justifica financieramente.
P. ¿Cree que el paquete de ayuda diseñado por Estados Unidos es suficiente?
R. Debiera serlo si los inversores terminan entendiendo que en el fondo la economía mexicana es sumamente sólida, si se fijan en su tejido productivo.
P. ¿Y piensa que lo harán?
R. Es verdad que el capital especulativo se estaba moviendo muy rápido y un poco a ciegas, pero en las últimas semanas se ha producido una mayor estabilidad del peso con el dólar y se ven inversores que quieren entrar en la economía real.
P. ¿Hay que limitar la libertad del movimiento de capitales?
R. Eso depende mucho de las condiciones y circunstancias de cada país. En el caso de América Latina hay tres países importantes que han puesto esos límites para orientar el capital hacia inversiones reales: Chile, Colombia y Brasil y ha funcionado muy bien, lo cual hace muy difícil oponerse a la idea de que, al menos en este tipo de países de economía emergente no sea interesante.
P. ¿Por qué la burbuja especulativa estalla en países emergentes de América Latina y no del sureste asiático?
R. Me resisto a conceder que la burbuja haya estallado en América Latina como un todo. Ha estallado sólo en México. El desequilibrio externo mexicano era del 8% del PIB y sólo crecía el 2%. En los países del sureste el déficit era menor, del orden del 4%, y la economía crecía a ritmos del 7%. Además, en México el ahorro nacional había caído y en el sureste asiático no, y con la productividad pasa lo mismo.
P. ¿Y no podría seguirse, entonces, el modelo del sureste asiático?
R. Es muy interesante ver que el país que más se parece, Chile, es el que está más aislado de la crisis mexicana. Viene creciendo a ritmos del 7%, el ahorro aumenta y los problemas sociales disminuyen.
P. ¿Qué puede hacer el Banco Mundial para contribuir a la estabilidad en la zona?
R. Hay que continuar poniendo énfasis en el sector social (educación, salud, apoyo a los indígenas ... ) para que los más pobres sufran menos las consecuencias de la crisis. Hay que fortalecer los sectores bancarios y hay que impulsar el ahorro y las infraestructuras.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.