La Unión Europea pide ayuda a EE UU y Japón para zanjar la tormenta monetaria
El ministro de Asuntos Exteriores luxemburgués, Jacques Poos, cuyas declaraciones del sábado reclamando sendas reuniones del Comité Monetario y del G-7 para calmar la tormenta provocaron una oleada de rumores sobre posibles reajustes del SME, fue el primero en reorientar el tiro.Poos matizó ayer diciendo que las reuniones del comité no tranquilizan bastante, como se ha comprobado con la sesión en la que se decidió, hace quince días, devaluar la peseta y el escudo. "Esa reunión hizo más daño que bien", sostuvo Poos. Ocurre que se dispara al elefante especulativo con una débil cerbatana: "Esta crisis no es europea, sino internacional, viene' del otro lado del Atlántico", dijo, refiriéndose a México y EE UU. Es por ello que debe resolverse a un nivel más alto que el puramente europeo, con el compromiso de Estados Unidos y Japón". '
El presidente de la Comisión, Jacques Santer ratificó esta apreciación afirmando que, "llegado el momento, convendría una gran concertación para controlar la volatilidad de las monedas".
Y convendría esta mayor concertación porque "entre no sotros hay consenso" sobre la apreciación de que las anteriores crisis monetarias que afectaron al SME eran de diferente naturaleza que la actual. "Las causas de las presentes turbulenciais no proceden de las economías europeas" enfatizó el presidente de la Comisión.
Santer lanzó el cable al G-7 -el grupo de los siete países más ricos del mundo: EE UU, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido-, al evocar los acuerdos del Hotel Plaza (en 1985) y del Louvre, cuando este selecto club tomó decisiones monetarias importantes. Habría que recuperar esa dinámica, casi de gobierno económico mundial, porque ahora; por el contrario, el G-7, "no se ha implicado lo suficiente", criticó, en referencia a la reunión que el grupo celebró el lunes pasado en París, con resultados inapreciables.
Los ministros de Economía y Finanzas de la UE debatirán el asunto extensamente al mediodía de hoy -durante el almuerzo del Consejo Ecofin-, en Bruselas. Los ministros deberán encontrar una solución al actual callejón sin salida. Si el SME funciona, pero las medidas que se toman en su marco no bastan para contrarrestar las turbulencias, algo diferente habrá que hacer.
Cristóbal Montoro, responsable del área económica del Partido Popular, declaró ayer a la agencia Europa Press que "estamos más cerca de la salida del SME porque hemos agotado inútilmente el cartucho de la devaluación". El diputado conservador calificó de "disparate" la propuesta de establecer algunos controles a los movimientos de capitales. El presidente del Gobierno, Felipe González, y el de la Comisión Europea, Jacques Santer, llamaron la semana pasada a reflexionar sobre la, posibilidad de poner obstáculos a la libre circulación de capitales especulativos. Ambos, lo mismo que el ministro de Economía, Pedro Solbes, dejaron claro que una decisión de ese tipo, debería adoptarse en un marco internacional (G-71 UE ... ) y no nacional porque no funcionaría.
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