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"Novela y cine son hermanos de sangre", afirma el escritor Barry Gifford

Fue poco lo que habló ayer Barry Gifford sobre literatura durante la resentación en Madrid de su libro de relatos Gente nocturna publicado por Plaza & Janés. Sea porque el breve acto precedía a la oyección de la adaptación al ne de su obra más conocida,como es Corazón salvaje, de David Lynch, porque el ambiente de la Filmoteca así lo pedía o porque el úblico sólo le hizo preguntas en sentido, Barry Gifford no se extendió en hablar de su quehacer literario. Incluso eligió leer un texto suyo -publicado en EL PAÍS con ocasión del estreno del filme España- en el que explicaba cómo fue esa colaboración con Lynch, al que llamó "mi traductor casual". "La novela y el cine son hermanos de sangre", dijo Gifford.Su escritura parece estar, en efecto, cada vez más ligada al cine. El autor de Sailor y Lula, comentó que ha continuado su colaboración con David Lynch, lo que él es la prueba de que quedó satisfecho con la adaptación de su novela. "Hice para él los guiones de algunos capítulos de la serie Hotel Room y ahora estamos trabajando juntos en un guión original", afirmó; "nos hemos hecho grandes amigos".

Bigas Luna

Gifford ha estado trabajando también con el español Bigas Luna para su próxima adaptación de Perdita Durango, además de haber terminado ya el guión que Francis Ford Coppola le encargó basado en la novela de Jack Kerouac En el camino. "Un filme es un animal muy distinto a un texto de ficción", dijo en referencia a su trabajo con Bigas Luna. "Lo importante es que no se pierda la integridad de la historia. Bigas Luna va a rodar en Estados Unidos y en inglés, lo cual es ya una traducción de la idea del propio director, y eso tiene algo de una osadía que vendrá bien a la historia".

Traducción es también lo que hizo Gifford al escribir el guión de En el camino para Coppola, pero en este caso el encargo tenía para él el atractivo de hacerlo sobre un personaje que siempre había admirado, hasta el punto de haber, seguido sus pasos y los de sus compañeros o conocidos de la generación beat en un libro reportaje sobre Kerouac. "Jack Kerouac fue siempre una inspiración para mí", dijo ayer. "Más como actitud vital que en cuanto a su estilo literario. Para muchos, su libro significó que no había razón para quedarse en el pequeño pueblo en el que vivían,, sino que había que salir al camino y aprender a reinventarse uno mismo a lo largo de él".

En relación a su trabajo para el cine, Gifford hizo una reflexión: "Es interesante para un escritor trabajar con directores que han sido antes pintores, como es el caso de Lynch, Bigas Luna y Van Sant. Ellos tienen muy clara la concepción visual, pero necesitan que alguien ponga palabras a sus ideas. Para mí hacerlo es un verdadero reto que cada vez disfruto más"

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