Mujeres
Una vez más, y oportunamente, Amnistía Internacional lanza una campaña anual. Esta vez se trata de intentar concienciar a los Gobiernos -tarea ímproba: los Gobiernos no tienen conciencia, sino intereses- sobre la urgencia de proteger a las mujeres en sus derechos humanos, aplastados con excesiva frecuencia desde las mismas instituciones jurídicas y policiales. Las agresiones sexuales y torturas, los cientos de miles de niñas asesinadas por el hecho de no haber nacido varones, la venta como esclavas, la, ablación del clítoris -curiosa práctica: en ninguna cultura se les cortan a los hombres los cojones por imperativo tradicional- en países islámicos, la consideración de las mujeres como botín de guerra en una serie de conflictos, la utilización forzosa de mujeres como prostitutas para la soldadesca... Como AI denuncia, no es sólo que los Gobiernos no sean capaces -ni parezcan estar preocupados por ello- de garantizar sus derechos sociales, políticos y económicos, sino que ni tan sólo se preocupan de proteger su integridad física.La sospecha, por parte de Al, es que en la Conferencia Mundial de la Mujer, que se celebrará en Pekín este año, algunos países piensan insistir en que se consideran soberanos para aplicar sus propias políticas al respecto teniendo en cuenta "su cultura, los valores, tradiciones, así como sus condiciones sociales, económicas y políticas", tal como quedó establecido en la reunión preparatoria a la cumbre que tuvo lugar en Yakarta en junio del año pasado. O sea, vía libre y bendición mundial.
En el Día Internacional de la Mujer hay que constatar además que las mujeres constituyen el 70% de la población mundial, hundida en la miseria, de esos 1.300 millones de personas de que se habla ahora en la hipócrita reunión para el desarrollo que ha concitado en Copenhague a lo más florido de Parásitos Sin Fronteras.
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