Quien la sigue, la consigue
Tras cinco años de pleitos, 140 trabajadoras perciben 220 millones por discriminación
A igual trabajo, el mismo salario. Eso creyeron firmemente un grupo de 140 trabajadoras de la empresa de perfumes Antonio Puig, de Barcelona, que durante años perciberon menor sueldo que sus compañeros, los hombres. El Tribunal Constitucional les dio la razón en una sentencia que se hizo pública, precisamente, el Día de la Mujer Trabajadora del año pasado. Un año más tarde, todas las afectadas han cobrado ya la indemnización, que a la empresa le ha costado un desembolso de cerca de 220 millones de pesetas en concepto de daños y perjuicios.A la mayoría de ellas, en función de la categoría, les ha correspondido cobrar entre 1.500.000 y 1.800.000 pesetas por los últimos cinco años sufridos de discriminación salarial por razón de sexo. Por supuesto, ahora sus hojas de salario son como las de sus compañeros en igual condición laboral. Con una sonrisa de oreja a oreja, las empleadas afectadas decían el pasado lunes, al salir del turno, que, el problema "ya se acabó".
Con la sentencia del Constitucional, los abogados de las trabajadoras y de la empresa se sentaron a negociar el año pasado. "No hubo problemas, aunque se solicitó la intermediación del departamento de Trabajo de la Generalitat para llegar a un pacto", comenta el letrado de las mujeres, Joan Agustí. El problema era ponerse de acuerdo en cuanto al tiempo que debería abonar la empresa como atrasos de lo no recibido. Se quedó en un máximo de cinco años. Las 140 trabajadoras afectadas -aunque en realidad son 138 más dos hombres que estaban en la misma situación- cobraron lo atrasado en dos tandas: la primera en mayo pasado y la segunda el pasado enero.
Desde la sentencia del Constitucional, la retribución en concepto de complemento diario de calidad y cantidad del trabajo en la empresa Antonio Puig es idéntico para ambos sexos. Antes, los hombres cobraban el doble que sus compañeras. En pesetas, significaba un desequilibrio entre 20.000 y 30.000 pesetas al mes.Nuevos abusos
Para algunas de las antiguas representantes del comité de empresa que inició la batalla jurídica hace cinco años, la situación económica actual no ayuda a poner fin a los problemas que ellas sufrieron y han superado. "La precariedad de los puestos de trabajo en general puede propiciar más abusos", opina Belén Giménez, una ex miembro del comité de CC OO.
El abogado que las representó durante todo el largo pleito -primero, un juzgado de primera instancia, luego el Tribunal Superior, hasta llegar al Constitucional- es más contundente: "Claro que persisten las discriminaciones, pero el problema es que muchas mujeres ya ni siquiera se lo plantean por el miedo a perder el trabajo. En los tiempos que corren, el conflicto planteado por las trabajadoras de Puig hubiera sido mucho más difícil. Ni que decir tiene cuando se trata de casos particulares, no de una situación que afecte a un colectivo". Éste era el caso de las trabajadoras de Puig, donde la discriminación salarial afectaba 140 empleadas, pero sobre una plantilla total de cerca de 800.
¿Y se ha producido alguna reacción del resto de la plantilla de Puig al ver cómo un grupo de mujeres cobraba millones de pesetas por una discriminación salarial por razón de sexo? No hay acuerdo en la respuesta. Algunas de las afectadas dicen que la reacción ha sido buena, aunque se produce ocasionalmente algún comentario de corte machista: "No queríais igualdad, pues ahora tendréis que llevar las carretillas y embalar" Para otras, en cambio, algunos de. sus compañeros piensan que el desembolso de la empresa de 220 millones como indemnización a las mujeres les ha podido repercutir en algo negativo. Negativo o no, el caso es que en las elecciones al coimité de empresa, celebradas hace un par de meses en Puig, las representantes sindicales que llevaron la batalla jurídica para conseguir la igualdad no han sido reelegidas. "Yo creo que no tiene nada que ver", dice Belén, que señala que ahora hay más hombres en el comité de empresa.
Otra antigua integrante del comité, Antonia Elvira, hace otra reflexión: "Creo que todavía hay demasiados hombres a los que les cuesta asumir la plena igualdad laboral entre los dos sexos. En la empresa Puig hay trabajadores-hombres con cerca de 50 anos, incluso más, que no acaban de entender que la mujer tiene, o debe tener, los mismos derechos".
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