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El pesimismo planea sobre la apertura de la cumbre mundial de la pobreza en Copenhague

Butros Butros-Gali urge la "imperiosa necesidad de un nuevo contrato social"

Gabriela Cañas

"No quiero ser pesimista, pero se requiere tiempo, mucho tiempo, para mentalizar a los Estados sobre la cuestión del desarrollo". El secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, que abrió ayer oficialmente en Copenhague la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, se empleó a fondo para desalojar el pesimismo que se cernía sobre la primera jornada de la reunión. De la cumbre alternativa de ONG, que comenzó el pasado viernes, salieron críticas sobre la inutilidad de una cumbre más y sobre el desacuerdo en los asuntos financieros más importantes.

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Butros-Gali que consideró "imperiosa la obligación de un nuevo contrato social" para que los habitantes del mundo puedan tener una "nueva razón para la esperanza", también subrayó que aún no hay decisiones tomadas y que esta cumbre, como las demás, sirven para mucho: para mantener la atención sobre los graves problemas de la humanidad y lograr que los Estados se involucren. E insistió en que el desarrollo es una lucha a largo plazo.La rueda de prensa de Butros-Gali se convirtió en una llamada al optimismo y la solidaridad. Pero su discurso estuvo plagado de contradicciones. En un principio esbozó una imagen de Naciones Unidas como un organismo que se encuentra en dificultades para afrontar los problemas básicos del desarrollo, un organismo colapsado financieramente por las intervenciones en conflictos armados -17 en estos momentos- y, acto seguido, aseguro que el 90% del presupuesto de la ONU se destina a desarrollo.

Butros-Gali restó importancia a la ausencia de jefes de Estados tan importantes como Bill Clinton, Borís Yeltsin y John Major, para decir a continuación que la importancia de la cumbre la demuestran los jefes de Estado y de Gobierno con su presencia.

Según los últimos datos de la ONU, la cumbre de Copenhague contará con la asistencia, el próximo fin de semana, de 110 jefes de Estado y de Gobierno. Entre ellos, además de Felipe González, estarán Nelson Mandela (Suráfrica), François Mitterrand (Francia) y Helmut Kohl (Alemania). Será la reunión más amplia de líderes políticos que ha habido nunca.

"Su presencia demuestra que las naciones creen en el papel de la ONU", dijo Butros-Gali, "porque éste es el único foro, el único, que puede realizar una reflexión colectiva sobre un problema de tanta envergadura como el del desarrollo".

"Momento esencial"

"La cumbre" dijo Butros-Gali, "es un momento esencial de la lucha contra la injusticia social, la exclusión y la pobreza", y añadió: "Tenemos la imperiosa obligación de reflexionar sobre un nuevo proyecto de vida colectiva. Debemos afirmar solemnemente la necesidad de inscribir el desarrollo social entre las prioridades absolutas de la comunidad internacional. Debemos proteger al individuo, favorecer la integración social y asegurar la paz social".

A falta todavía de acuerdos concretos, Butros-Gali pidió paciencia. "La finalidad de esta cumbre, como la de Río, la de Viena o la próxima de Pekín, es la de mantener el ímpetu, la de conseguir nuevos apoyos. No quiero ser pesimista, pero se requiere tiempo. Y al igual que uno sabe que para hacer una carrera hay que estudiar cinco años, deberíamos tener presente que para solucionar problemas, tan grandes como el de la pobreza, el desarrollo más equitativo o el desarme no son suficientes unos cuantos meses".

Butros-Gali apeló a la necesidad de "crear un mundo más justo". Butros-Gali intentó involucrar en esa batalla no sólo a los gobiernos, sino también al conjunto de la sociedad civil, a la que hizo un llamamiento.

En esta cumbre se calcula que hay representadas más de 3.000 Organizaciones No Gubernamentales (ONG). De ellas ha partido la crítica de que la cumbre está llena de palabras hueras. "No acepto esa crítica", dijo Butros-Gali. "Las conferencias sirven para debatir cuestiones y mantener a los Estados involucrados, aunque. ellos prefieren ocuparse de asuntos internos. Es, de todas formas, la única forma posibles que tenemos de hacer las cosas". La lacónica intervención de Simone Veil, ministra de Asuntos Sociales de Francia y portavoz de la UE, no ayudó a despejar el pesimismo. Veil se mantuvo en una general declaración de principios, precisamente, dijo, por su calidad de portavoz europea. Se limitó a hablar de "igualdad" de la mujer frente al concepto de "equidad" y a expresar la postura de la UE de que los países en desarrollo reduzcan su gasto en armamento. "La UE considera que garantizar el acceso a la sanidad de todos, hombres y mujeres, debe ser una prioridad de las políticas públicas en todos los países", añadió.

Por la tarde la UE seguía debatiendo el tema de la deuda y los recursos, aunque estaba previsto que ya hubiera un acuerdo sobre todos los extremos tratados.

La UE es una parte muy importante de esta cumbre, porque abarca a países fundamentalmente ricos que aportan, ayudas al desarrollo. Su punto de vista sobre el Acuerdo 20/20 es, pues, fundamental. Dicho acuerdo consiste en destinar a la educación o sanidad el 20% de las ayudas a la cooperación enviadas a terceros, a cambio de que éstos destinen el 20% de sus presupuestos a los mismos fines.

El aliento de Butros-Gali se mantuvo hasta el final. Un periodista le espetó si el gasto de la cumbre no era excesivo para los resultados que se esperan de ella. El secretario general de la ONU contestó: "Costará menos que diez tanques de combate". En cualquier caso, los 4 millones de dólares que cuesta el evento los pondrá el erario público danés.

Y el Vaticano, que boicoteó la pasada cumbre sobre Población y Desarrollo de El Cairo, ya ha dicho, en esta ocasión, que no tiene objeciones a la declaración oficial que saldrá de la Cumbre.

Casi medio millón más de pobres a la semana

En una reunión como ésta, los datos que libera la Organización de Naciones Unidas -por cierto, formada exactamente por 185 países, según dijo ayer Butros Butros-Gali- contienen cifras de mareo, pero aportan una visión de cuál es la situación de partida. James Speth, administrador del Programa de la ONU para el Desarrollo, inauguró a su modo la reunión con este dramático dato: "Durante el tiempo que dure la Cumbre habrá en el mundo 425.000 personas más viviendo en la prisión de la pobreza".A este escalofriante cálculo se suman otros no menos llamativos: 1.300 millones de personas, dice la ONU, viven con un dólar diario; 14 millones de niños mueren cada año por culpa de enfermedades que son evitables; en el África subsahariana la esperanza de vida alcanza apenas los 50 años, mientras que en Japón la media es de 80; más de 1.500 millones de personas carecen de agua potable no, contaminada y de condiciones adecuadas de higiene; el 70% de la población que vive en la pobreza son mujeres, seguida de cerca por los ancianos.

La pobreza no conoce fronteras y en Estados Unidos y Europa Occidental se calcula que aproximadamente un 15% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

Con todo, el peor dato lo ha aportado estos días, con vistas a la Cumbre, el Banco Mundial. Esta institución asegura que de seguir con la misma política social y económica, para, fines de siglo los pobres en el mundo en desarrollo se elevarán en 200 millones más.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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