Jostein Gaarder lamenta que el éxito literario le haya hecho perder el control sobre su vida
'El mundo de Sofía' se ha convertido en el libro de la temporada en toda Europa
El mundo de Sofía, del escritor noruego Jostein Gaarder, es, sin duda, el exitazo editorial la temporada. La historia de la filosofía, contada a través de una adolescente, es un best seller que ocupa los primeros puestos de venta en Europa, aunque no ha gozado de la misma aceptación en Estados Unidos. Su autor, un profesor de 43 años especializado en literatura infantil y juvenil, vive el éxito algo asustado porque no sólo ha perdido el control sobre su propia vida. Gaarder, que ha abandonado temporalmente la enseñanza, asegura que le sobra inspiración, pero que se ha quedado sin tiempo para escribir.
Jostein Gaarder era hasta no hace mucho conocido en país por media docena de libros destinados al mundo infantil y juvenil. Profesor de enseñanza secundaria, casado y padre de dos hijos, repartía su vida laboral entre la escritura y la enseñanza. De esta segunda actividad, abandonada de momento, conserva Gaarder la forma de expresarse. Apoyado en el incesante consumo de cigarrillos, no sólo intenta que sus respuestas sean didácticas, sino que las escenifica llegando a veces a la sobreactuación.En las calles de Oslo, Gaarder pasea su aspecto vikingo vestido con colores negros y grises. Dice que intenta vivir de espaldas a la fama y al dinero que de repente ha entrado en grandes cantidades en su casa gracias a las tiradas millonarias que de su libro se han hecho en más de treinta países. Y sobrelleva la paralización creativa impuesta por la promoción de su libro (a finales de mes presentará en España la edición en catalán) esperando que todo pase y convencido de que el retorno al ordenador le devolverá la tranquilidad que necesita para la reflexión y la creación.
Público
¿En qué público pensó cuando escribió El mundo de Sofía? Gaarder asegura que en todos aquellos que hayan cumplido 14 años. "Era una idea que tenía en la cabeza desde hace tiempo aunque no terminaba de darle forma. El origen está en mi anterior novela, El misterio del solitario, en la que un padre y un hijo recorren Europa en busca de la madre. Cuando ambos llegan a Atenas, oyen a un niño hablar de Platón, de Aristóteles y de otros filósofos. Yo me imaginé a ese niño volviendo a Noruega y buscando libros en los que indagar sobre esos personajes. Por eso me decidí a escribir un libro sobre filosofía, pensando en los adolescentes y en los adultos sin formación académica. Quise hacer un libro de texto, un manual muy elemental en el que se tratara de las viejas preguntas que históricamente se ha hecho el ser humano: '¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos?...' Desistí porque me pateció aburrido. Un día conocí a una niña, adolescente como Sofía, a la que imaginé llegando a su casa y abriendo el buzón del correo. Allí había una carta para ella en la que alguien preguntaba: '¿Quién eres tú?' Ahí tuve ya la fórmula: unir misterio y filosofía para conseguir un manual interesante, entretenido y seguramente indispensable para muchos".
Gaarder añade que también influyó en su idea de escribir El mundo de Sofía, editado en España por Siruela, el libro de Fernando Savater Etica para Amador. "Es un tratado de ética destinado a los adolescentes que me pareció excelente. Siendo un tema árido en teoría, era ameno y enriquecedor. Me animó".
Una vez animado, dio forma durante un par de años al libro y, para su sorpresa, se convirtió en un best-seller. ¿Cómo consigue que la fama no le perturbe? "De momento, el libro me ha aportado mucho dinero y más me aportará en el futuro. Intento vivir de espaldas al éxito, pero mi vida ha cambiado mucho. Por ejemplo, ya no tengo tiempo. He perdido el control sobre mi propia vida. Viajo permanentemente. En los próximos días iré a Buenos Aires, Suiza y España. Intento ignorar el lujo y vivir lo más ligado posible a mi mujer y a mis dos hijos, y no permito que los ingresos estorben nuestra vida. Recibo cientos de cartas de lectores de todo el mundo y no puedo contestar. Esto me parece terrible".
¿Puede llegar a sentirse paralizado por el éxito? "No quiero, pero lo cierto es que aunque tengo cantidad de ideas y no me falta la inspiración, me he quedado sin tiempo para poder escribir".
¿Considera un logro especial vender un libro sobre filosofía en un mundo en el que predomina el pensamiento light? "He reflexionado mucho sobre esto. Cuando escribí el libro, no pensé que llegaría a ser un best-seller. Pensé que iba a ser un libro de poca venta. Me equivoqué. Creo que, en contra de lo que se podría pensar, son muchas las personas que consideran que la filosofía es algo importante pero que creían muy difícil. Y con mi libro comprueban que las dificultades de comprensión no existen. El libro llena un vacío que había. Otra explicación a lo ocurrido es que vivimos en un mundo que pregunta de una nueva manera. Las preguntas se hacen ahora de forma diferente. Cuando yo estudiaba, la gran pregunta era: '¿Eres marxista o no eres marxista?' No había muchas más. cuestiones. Ahora las ideologías, se han desmoronado y surgen otras preguntas a la vez que se rechazan las respuestas prefabricadas, por viejas. Por otro lado, el mundo en el que vivimos es light, instantáneo. En los últimos 20 años ha habido un auge inusitado de la ideología instantánea, una ideología que yo llamaría pornográfica. Es la new age, que, al igual que la pornografía con el sexo -supuesto placer inmediato-, nos da una entrada rápida al universo filosófico. Pero yo creo que nadie tiene necesidad de pornografía. Necesitamos amor verdadero. El amor real exige tiempo. Lo mismo pasa con la filosofía, que se necesita tiempo para la reflexión. Es ciertamente una gran paradoja que en nuestro mundo superficial un libro como el mío se haya convertido en un best-seller".
Optimista
Gaarder se define como un optimista de nacimiento, un estado positivo que no se resquebraja ni ante la falta de ideologías de fin de siglo ni ante el desprecio que las guerras europeas demuestran ante la historia. "Europa y la humanidad avanzan hacia el humanismo aunque haya reveses como el de Bosnia. Pero fíjese que El mundo de Sofía se está vendiendo incluso en Bosnia. El padre de Soria es observador de la ONU, organismo que se basa en el pensamiento humanista europeo. Creo que la historia avanza y eso es imparable".
Lo que más preocupa a Gaarder es la ecología y la explosión demográfica. "Ninguno de estos problemas es nuevo, porque ya Platón denunciaba cómo los griegos destruían sus islas. Cuando Gorbachov reclamó una perestroika para la URSS dijo que también Occidente necesita su perestroika. Los peores rasgos del capitalismo son los primeros en inundar los nuevos estados y ahí debemos actuar todos".
¿Ayuda la religión a sobrevivir? "Si se me pregunta si soy cristiano, tengo que dar rodeos. Es lo mismo que cuando un hijo me preguntó que por qué celebrábamos la Navidad. 'Porque nació Jesús', respondí. '¿Quién es Jesús?', insistió él. 'Alguien que nos enseñó a ser solidarios'. La verdad es que mi ética y conceptos morales son los de los Evangelios. No tengo otros. Cuando mi hijo preguntó: '¿Jesús era Dios?', contesté: 'No lo sé".
¿Quién soy yo?"
¿Quién soy yo? Ésta es la pregunta favorita de Jostein Gaarder. "No tengo filósofos favoritos. Tengo temas filosóficos favoritos. Las preguntas filosóficas no son muchas. No son más de 10 o 12 y son todas aquellas que nos hacemos de pequeños. Mi favorita es ¿Quién soy yo?"¿Se la ha sabido contestar?. "Hasta cierto punto, sí. Cuando era niño, firmaba las cartas poniendo mi nombre, mi calle, el pueblo, el país, el planeta y el universo. Ahora lo haría justo al revés: Las estrellas, el universo, la Tierra, Europa, Noruega, Oslo, Gaarder. Yo formo parte de un todo. Yo no me explico sin ese todo".
El escritor noruego insiste una y otra vez en la necesidad de que el hombre no pierda la curiosidad. "Traemos conocimientos innatos que no desarrollamos, como la capacidad de maravillarnos. Los niños siempre se preguntan, mientras que los adultos vamos perdiendo interés". ¿Cómo estimular la curiosidad? "Teniendo claro que la vida es breve. Es sumamente importante que el hombre moderno sepa ahondar en su perspectiva histórica. Es absurdo analizarse como un algo aislado. Confucio dijo que aprender sin pensar no tiene valor, pero pensar sin aprender es peligroso".
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