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Estados Unidos y China firman la paz comercial sobre propiedad intelectual

Antonio Caño

Estados Unidos y China firmaron ayer en Pekín un acuerdo que, además de evitar in extremis una guerra comercial de graves consecuencias en ambos países, abre a los productos norteamericanos nuevas vías de penetración en el más atractivo mercado del mundo. En respuesta a las exigencias de Washington, las autoridades chinas cerraron ya algunas empresas dedicadas masivamente a la copia ilegal de películas y discos compactos de marcas estadounidenses y se comprometieron a perseguir al resto de los fabricantes de esos productos con una brigada especial para el combate a la piratería.

El Gobierno Chino ha hecho ya en otras oportunidades promesas similares, sin concretarse después en resultados. En esta ocasión, la vicerrepresentante de Comercio de Estados Unidos, Charlene Barshefsky, dijo que los chinos han firmado "un acuerdo duro, muy detallado y completo con respecto a los derechos de patente". "Estados Unidos está muy satisfecho de este acuerdo", declaró Barshefsky tras firmar ayer el texto del compromiso. Por parte china, firmó el viceministro de Comercio Exterior, Sun Zhenyu.Barshefsky informó públicamente que el Gobierno chino había decidido la creación de una brigada especial, anti-piratería que "investigará, revisará los archivos de las empresas, buscará pruebas, destruirá productos, destruirá los equipos necesarios para la manufactura de esas mercancías y llevará los casos ante los tribunales".

En busca de los piratas

Las autoridades de Pekín se comprometieron también, según ha afirmado la vicerrepresentante de Comercio norteamericano, a iniciar el próximo 1 de marzo una amplia operación policial para la búsqueda y cierre de todas las industrias, fundamentalmente instaladas en el sur del país, dedicadas a la piratería. Esa operación se extenderá por un periodo de seis meses, durante los que serán destruidos, según la promesa de China, todos los discos compactos, discos láser, CD-ROM y videos frauulentamente fabricados. Los empresarios norteamericanos de ese tipo de productos dicen perder al año más de mil millones de dólares (más de 130.000 millones de pesetas) por la competencia ilegal que las manufacturas chinas, a mucho más bajo precio, le hacen en los mercados asiáticos y otros alrededor del mundo.

Este acuerdo, conseguido seis horas después del plazo marcado por Estados Unidos para aplicar represalias, evita una guerra comercial en la que ambos países se habían amenazado mútuamente con imponer sanciones sobre un volumen de alrededor de mil millones de dólares de sus respectivas importaciones.

Según los términos del compromiso conocidos hasta ahora, el Gobierno chino, aunque acepta formalmente algunas de las condiciones norteamericanas, parece con seguir su propósito de salvar la cara y aparecer públicamente como ajeno a una práctica que, en realidad, era conocida y autorizada por Pekín.

Precisamente unas horas antes de la firma de este compromiso, las autoridades chinas anunciaron el cierre de Shenfei Laser and Optical System Company una empresa que frecuentemente era citada por los norteamericanos como un ejemplo de la masiva extensión de la piratería. La última superproducción de esa empresa era la película Jurassic Park.

Sofisticadas imitaciones

Shenfei era, sin embargo, un orgullo del desarrollo económico chino, hasta el punto de que el máximo líder de ese país, Deng Xiaoping hizo un recorrido por sus instalaciones hace menos de tres años.

Esta compañía es una de las 29 plantas situadas en el sur de China sobre las que Estados Unidos ha pedido al Gobierno chino que actuara, alegando que están inundando Asia con discos compactos y láser completamente piratas. Shenfei producía sofisticados discos láser de películas estadounidenses y las distribuía a través de Hong Kong, muy cerca de donde está situada la planta, a menudo antes de que los productos originales estuvieran disponibles en Estados Unidos.

La segunda parte del acuerdo conseguido ayer -la que compensa la incertidumbre sobre el combate a la piratería- contiene, según el Gobierno norteamericano, medidas como la abolición de cuotas de importación y otras barreras comerciales, que permitirán un Mayor acceso de los productos estadounidenses al mercado chino.

Los productos que se verán más favorecidos son los que ahora están siendo pirateados, especialmente los cinematográficos. Fuentes norteamericanas comentaron que el acuerdo crea al mismo tiempo un marco que permitirá también el aumento de otras exportaciones estadounidenses a China y, a la larga, reducir un déficit comercial con ese país que es el segundo más grande después del de Japón.

En el orden político, este compromiso, puede devolver. cierta serenidad a las relaciones entre Washington y Pekín, afectadas en las últimas semanas por las denuncias norteamericanas sobre los abusos cometidos contra los derechos humanos por parte de las autoridades comunistas chinas.

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