"El diseño a medida de moléculas es todavía un límite de la química"
Roald Hoffmann, premio Nobel de Química en 1991 por sus estudios en simetría orbital y reactividad orgánica, sostiene que el diseño de nuevas moléculas con características predeterminadas es uno de los principales frenos al avance de la química. Hoffmann visitó la semana pasada la Universidad de Barcelona con motivo de la celebración del 250 aniversario de la Facultad de Química.Pregunta. Una faceta de su trabajo es el diseño y comprensión de nuevas moléculas. ¿Se concreta en alguna?
Respuesta. Trabajamos en el diseño de un imán molecular orgánico en el que no intervengan metales. El resultado de este estudio se publicó hace poco y en él describimos un nuevo polímero de estructura helicoidal que contiene diversos anillos aromáticos.
P. ¿Se vislumbra alguna aplicación para estos imanes orgánicos?
R. Diversos grupos internacionales trabajan en este campo. La razón es que, hasta la fecha, conocemos unos pocos imanes de este tipo y tienen problemas: son muy pesados y difíciles de moldear. Sobre las aplicaciones debo decir que, a pesar de su importancia, no me interesan tanto como resolver los problemas teóricos de este tipo de moléculas.
P. Con las herramientas actuales, ¿es posible llegar a diseñar lo que uno se proponga?
R. No. Y no sólo no se puede diseñar cualquier molécula, sino que, muchas veces, las que se han diseñado no se pueden construir. Es decir, no todo lo diseñado puede llevarse a cabo. Uno de los problemas que afrontamos, de momento sin éxito, es la consecución de materiales más duros que el diamante. Las bases teóricas y el diseño son factibles, pero por el momento no es posible construir la molécula. También sucede a veces que una molécula pensada con unas características cumple funciones imprevistas. Éste es el caso, por ejemplo, de las grasas que no engorden. Se trataba de conseguir una molécula con las mismas propiedades que las grasas, pero que no fuera digerible por el organismo. El producto llegó a salir al mercado con las propiedades previstas pero resultó ser un laxante.
P. ¿Cree entonces que el diseño molecular es un factor limitador?
R. Hoy por hoy, sí. Los límites de la química se sitúan, efectivamente, en el diseño a medida de nuevas moléculas. De moléculas dotadas de unas propiedades específicas y de cualidades concretas, que además cumplan con el compromiso ambiental de generar el mínimo número de desechos.
P. ¿Es éste su caso?
R. En mi caso, el límite estriba en hallar soluciones para obtener nuevos productos, nuevas propiedades o nuevas estructuras para nuevos compuestos, sobre todo en el ámbito de los carburos metálicos.
P. ¿La síntesis química tiene su principal salida en el sector farmacéutico?
R. Es difícil hacer predicciones a largo plazo, pero creo que este sector será el destinatario de los principales esfuerzos. En general los productos farmacéuticos son un ejemplo de compuestos sintéticos de alto valor añadido. Pero hay otros productos que, sin tener este valor, alcanzan gran dimensión económica por su enorme producción. Éste es el caso de la gasolina, obtenida por cracking del petróleo, o las fibras sintéticas y los plásticos. El hit parade de los productos más vendidos está cambiando mucho. Uno que tiene un gran futuro es el MTBE (metil-t-butil éter), una molécula sobre la que hace unos años nadie conocía su utilidad. Hoy, sin embargo, se usa como sustituto del plomo en la gasolina.
P. ¿Qué nuevas moléculas podrán sumarse a esta lista?
R. No se puede saber cuáles van a ser. Es probable que sean moléculas que puedan llegar a constituir alternativas en el campo de la energía. Pero hay otros aspectos. Por ejemplo, cómo sustituir los CFC en la lucha contra incendios, cómo diseñar productos que puedan fabricarse con el máximo respeto al medio ambiente, cómo contribuir a crear vegetales con mayor contenido de proteínas o cómo mejorar prestaciones y rendimientos de productos biotecnológicos.
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