El presidente hondureño logra recortar el poder de los militares

Lleva un año de tira y afloja, pero poco a poco el presidente, de Honduras, Carlos Roberto Reina, está logrando arrebatar a los militares parcelas de poder que asumen los civiles. El traspaso no está exento de tensiones y puede deparar algún sobresalto en una de las democracias más frágiles de toda América Central. El último síntoma de la tensión entre la cúpula castrense y el poder civil afloró a finales de la semana pasada cuando las Fuerzas Armadas fueron denunciadas por varios responsables políticos, incluido el vicepresidente del Congreso Nacional, Óscar Dávila, de permitir con su pasividad que una protesta en San Pedro Sula degenerase en la quema de camiones y comercios.Reina había solicitado que los disturbios callejeros fuesen reprimidos enérgicamente, pero, aun negando que las Fuerzas Armadas sean tolerantes o negligentes, su comandante en jefe, general Luis Alonso Discua Elvir, justificó la tibieza de su actuación. "El uso de la fuerza engendra violencia", explicó. "Ese día, si se hubiese empleado la fuerza, en vez de estar viendo vehículos quemados estaríamos viendo 25 o 30 cadáveres y una condena total del Ejército y la policía". Cuatro de los seis diarios hondureños no dudaban al día siguiente en señalar que la pasividad de militares y policías estaba generando caos y violencia en el país.

Honduras no se encuentra al borde del golpe de Estado, pero es el único país de la región donde los militares publican aún comunicados, el último hace seis meses, en los que desmienten su intención de darlo. "Si quieren hacerlo, deben darse prisa", comenta un diplomático europeo, "porque de lo contrario Reina habrá logrado sujetar el estamento millitar al poder civil".

Reina asumió la presidencia el 27 de enero de 1994 y, desde entonces, su principal logro ha consistido en recortar algo la desorbitada influencia castrense en el país. Sus intenciones eran en origen muy ambiciosas. Preveían una drástica rebaja del presupuesto militar, en el marco de un plan de ajuste económico, y una reforma constitucional para suprimir el servicio militar obligatorio.

Paulatina profesionalización

Las manifestaciones del malestar militar le han obligado a ceder algo. La total profesionalización del Ejército se hará de forma paulatina. Para el reemplazo 1994-1995 han sido aún reclutados 7.000 jóvenes, pero, los efectivos del Ejército caerán por debajo de los 14.000 hombres en un país de 5,5 millones de habitantes.

La Policía de Investigación, la Policía de Aduanas y las direcciones de Migración y de la Marina Mercante, gran recaudadora de divisas, están ahora también bajo una autoridad civil. La consolidación del ministerio fiscal ha permitido además investigar acusaciones de corrupción contra las Fuerzas Armadas, como la de tráfico de drogas en la Fuerza Aérea, y presentar, por primera vez, ante los tribunales la causa de una desaparición a manos de militares.

El jurista Nelson McKay desapareció en 1982, y en su asesinato están involucrados oficiales que ya han fallecido o están en la reserva. El Comisionado Nacional para la Protección de los Derechos Humanos, que encabeza Leo Valladares, ha reseñado en su informe preliminar 184 casos de desaparecidos en la década pasada tras ser apresados por una unidad de espionaje de las Fuerzas Armadas.