La Fábrica de Moneda lanza al mercado etiquetas de seguridad para evitar falsificaciones de marcas
El documento de 'pedigrí' de los artículos aplica técnicas de impresión de los billetes
Dicen que el cocodrilo de Lacoste es la marca más falsificada. Algunas empresas, como la de artículos deportivos Kappa, calculan que las copias de sus productos suponen hasta el 30% de todo lo que ellos venden. Ahora, para intentar evitar estos fraudes, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre ha decidido echar mano de su experiencia en imprimir billetes. y acuñar monedas para aplicar esas tecnologías de alta seguridad al diseño de etiquetas de marcas que sufren falsificaciones. Será un arma más contra la copia. En 1994, por este tipo de fraudes, pasaron a disposición judicial en España unas 150 personas.
"Ofrecemos a todos los empresarios la posibilidad de que sus productos vayan acompañados con un documento que sea muy difícil de falsificar y. que certifique la autenticidad del artículo", dijo ayer Jaime Gaiteiro, presidente director de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT),,durante la presentación de estas etiquetas, que en unas semanas aparecerán ya en algunas prendas deportivas.Las avanzadas técnicas que ahora se ponen a disposición del mundo empresarial son similares a las aplicadas en los, billetes o en documentos como el nuevo carné de identidad: marcas que sólo se ven al trasluz, imágenes obtenidas a partir de distintos grados de espesor del papel, detalles que sólo se notan con una lupa, hilos y fibras embebidos en el papel, trucos en la impresión qué sólo los detecta el tacto, grabados láser y altorrelieves para los plásticos, dobles imágenes para los metales...
Algunos trucos de impresión hacen imposible la fotocopia y el escáner: las letras milimétricas se convierten en simples rayas en las copias y las graduaciones de color quedan chapuceramente reproducidas en dos colores sin graduación. Se pretende que estos documentos del pedigrí de los artículos sirvan para los consumidores -las marcas más evidentes, apreciables a simple vista-, los comercios y, en última instancia, la policía judicial a la hora de hacer sus pesquisas.
Negocio multimillonario
El presidente de la Casa de la Moneda indicó que resulta difícil entrar en evaluaciones fiables del volumen de negocio de las falsificaciones, pero aportó algunas pistas de algunos estudios: "Es un fenómeno muy importante. Dicen que los productos falsificados suponen en tomo al 5% - 6%, del volumen total de negocio de los productos manufacturados en el mundo. En EE UU se calcula que el Valor de los productos falsificados, en un año asciende a unos 65 billones de pesetas; o sea, más que el producto interior bruto (PIB) de España". Entre los sectores que más sufren este fraude figuran el textilmoda, las prendas deportivas, calzado, relojería y perfumería.
Más aproximaciones al entramado de la imitación: En 1994, la policía judicial llevó a cabo 60 operaciones de envergadura contra este delito; la Guardia Civil retuvo en Madrid productos por valor de, unos 500 millones.
Pierre Cardin, Armani, Versace, Sybilla, Vuitton, Chanel, Rolex... han sentido en su propia carne y cartera el precio de los productos falsos. Por ejemplo, Gianni Versace invirtió el año pasado 260 millones en luchar contra las falsificaciones. EE UU anunció la pasada semana sanciones comerciales a China por la piratería de productos norteamericanos. La queja estadounidense viene por- la "sistemática piratería" de software de computadoras productos farmacéuticos, agrícolas y químicos, trabajos audiovisuales, libros, periódicos, marcas comerciales, discos compactos...".
La batalla incluso ha entrado en el terreno de las recompensas. Desde ayer, cualquier persona que denuncie en España a una empresa sospechosa de piratear programas informáticos y se demuestre después judicialmente, la Business Software, Aliance (BSA), una organización internacional formada por los 15 principales fabricantes de software, le recompensará con medio millón de pesetas, informa Mari-mar Jiménez. El teléfono para las posibles denuncias: 900 2111048.
Soledad Rodríguez, secretaria general de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (ANDEMA), apeló ayer a los consumidores: "Deben exigir productos genuinos". Carmen Morán, portavoz de la Unión de Consumidores de España (UCE), ve bien estas etiquetas "con el fin de neutralizar el fraude"; pero también ve dos peros: las dificultades que tendrá el cliente para identificar a simple vista. la validez de la etiqueta y "el peligro de que aumente aún más la fiebre de las marcas". Quiere recordar algo: "No nos engañemos. Hay copias y copias. Mucha gente compra una falsificación sabiendo perfectamente que es una falsificación".
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