El Banco de España y el monasterio de Monserrat
He leído con estupor las rocambolescas interpretaciones que daba don Francesc Valls, en el artículo publicado el pasado domingo en el periódico de su digna dirección, a propósito de una ayuda del Banco de España para la restauración del monasterio de Montserrat.El hecho de que el Banco de España prefiriera que no se diera publicidad a su ayuda se atribuye a causas tan peregrinas como que en aquella época se hablaba de que Cataluña seguiría el camino de Lituania y que no podía figurar el nombre del Banco de España en Montserrat.
Siento desilusionar a su colaborador, señor Valls, gran aficionado, según parece, a las teorías conspiratorias, pero la realidad es mucho más simple. Durante mi época de gobernador, el Banco de España ayudó a la restauración de dos grandes monasterios catalanes con cargo a un fondo para obras sociales y artísticas. En ambos casos pidió que no se hiciera pública esta ayuda, porque entendíamos que el mecenazgo del Banco de España no debe buscar la publicidad, sino la eficacia.
Comprendo que algunas personas se sorprendan de que el Consejo del Banco de España decidiera que no se trataba de ninguna manera de hacer propaganda, sino únicamente de ayudar, en este caso, a una causa tan meritoria como la defensa del patrimonio artístico español en Cataluña. En cualquier caso, las razones que apunta el artículo para explicar la reserva con que se llevó a cabo este asunto, de ser ciertas, hubieran obviamente llevado al Banco de España a exigir la máxima publicidad a su contribución; esto me parece que es la mejor prueba del absurdo enredo que monta el artículo comentado.
Le aclaro además al señor Valls que la naturaleza administrativa de la cuenta utilizada para financiar las obras de Montserrat era distinta de la utilizada en el caso de Sevilla, donde fue el Gobierno el que prefirió dar publicidad a la ayuda realizada.-
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