Al gusto del público
De vuelta al Parque Ferial Juan Carlos I, donde ocupa los pabellones 3 y 5, la l4a edición de Arco se ve beneficiada, de entrada, con este espacio más racional, amplio y diáfano, que agradecen las obras de arte expuestas y que también agradecerán, seguramente, los numerosos visitantes. En cuanto a lo que ahora se exhibe, hay que destacar, en primer lugar, lo ofertado por las galerías españolas, que no en balde saben cada vez más lo que es una feria de arte como Arco y se comportan, por tanto, con encomiable profesionalidad. No es que la presencia extranjera en esta edición' no sea igualmente profesional, y, en algún caso, presentando obras de un valor excepcional, pero, con todo, no es ni cuantitativa, ni cualitativamente, relevante, lo que tampoco debe extrañarnos en momentos como los actuales en los que todavía colea la crisis. Este desmedro se ha compensado parcialmente, eso sí, con el espacio subvencionado de USA en Arco, siguiendo la pauta ya anteriormente iniciada de dedicar cada feria monográficamente a un país.
Estimulante
De manera que la primera impresión es ciertamente estimulante, ya que, insisto, están las más acreditadas firmas comerciales españolas y lo hacen, además, cada vez mejor, lo que no impide, cosa logiquísima en una feria y casi me atrevetía a decir que obligada, que hayan optado, en su inmensa mayoría, por una presentación colectiva de artistas, pues es lo que finalmente busca y prefiere el público. Esta decisión también favorece que el número de los artistas presentes se vea multiplicado, con lo que a su vez, se obtiene una visión más completa de lo último que una buena parte de los mejores artistas españoles están haciendo. Por lo demás, como ya es característico de Arco, predomina el arte joven y dicho con las precauciones que hoy el término exige, lo "vanguardista", pero sin excesivas estridencias. En este sentido, hay una amplia lista de nombres ya conocidos y acreditados. Realmente se puede contemplar un panorama muy completo del arte español actual, que no excluye los nombres históricos, como tampoco la barahúnda de un sinfin de jóvenes.
En cuanto a la comparativamente más mermada presencia de galeristas extranjeros, existen, sin embargo, algunas sorpresas. inesperadas, entre las que destacaré la presencia de la escultura Femme au Jardin, de Pablo Picasso, que es sin duda una de las obras maestras de la escultura del siglo XX. En definitiva, quien espera hacer comentarios más pormenorizados de lo que esta edición contiene en abundancia, hay que saludar esta 14ª edición de Arco 95 como muy positiva y, probablemente, merecedora de un notable éxito de público.
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