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NEONATOLOGÍA

El láser mejora la supervivencia de gemelos de la misma placenta

Isabel Ferrer

Los embarazos gemelares monocigóticos no pueden producir sólo bebés idénticos. En un 15% de los casos, los problemas vasculares de los fetos cuando comparten una parte de la placenta acaban desencadenando el denominado síndrome de la transfusión gemelar. Uno de ellos (donante) sangra dentro de su hermano y se queda sin alimento ni oxígeno. El otro (receptor) compensa la oleada orinando mucho, pero le falla el corazón. El aumento de fluidos que ello origina ensancha el útero precipitando el parto. De sobrevivir, el neonato suele padecer parálisis cerebral.Un grupo de médicos de la facultad de Medicina del King`s College, en Londres, trata ahora de llevar la gestación a término aplicando el láser para coagular los vasos sanguíneos comunes.

En este tipo de embarazos, los embriones se separan en los tres siguientes a la fecundación en un tercio de los casos. El resultado son dos bebés y dos placentas. Si la división se produce después del día 13, los niños son siameses con órganos o miembros conjuntos.En la porción compartida de la placenta aparecen, precisamente, los vasos sanguíneos causantes del desequilibrio.

Fallos cerebrales

Kypros Nicolaides, experto en medicina fetal y miembro del equipo del King's, lo explica de forma muy gráfica. "Es como una planta. El bebé es la parte verde; el tronco es el cordón umbilical y las raíces son la placenta. Romper el lazo circulatorio común facilita la continuación del embarazo. Impide, además, que la muerte intrauterina de un gemelo afecte al otro. El descenso brusco de la presión sanguínea del fallecido no alcanza así al hermano. Ello evita también fallos cerebrales por falta de oxígeno, que suelen ser irreversibles". Hasta ahora, los médicos drenaban el líquido, amniótico sobrante para preservar la gestación. El bajo índice de supervivencia (12 fetos de 38), según los trabajos del propio centro, ha acelerado la búsqueda de otro método. Una primera coagulación de los basos sanguíneos demasiado cruenta, ha dado paso al láser.

El médico introduce una cánula de casi tres milímetros de grosor en el saco amniótico del feto receptor a través del abdomen de la madre. Luego busca todos los vasos sanguíneos próximos o comunes a la membrana dispuesta entre los fetos. El láser, que viaja en el diminuto tubo, sirve para coagularlos uno por uno. La operación dura 20 minutos, precisa anestesia local y la ayuda de la ecografía.

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