Control de última hora
En un contexto en que se ha criticado al Gobierno por cierta parálisis en medio del clima de deterioro político, la adopción de medidas trascendentes de política fiscal llama la atención por la demostración que suponen de desarrollo normal de la actuación de gobierno. Teniendo en cuenta que el objetivo de consolidación fiscal en 1995 ha sido calificado de poco ambicioso , la consecución de una liquidación final sin desviaciones se plantea como una cuestión fundamental.El Ministerio de Economía ha anunciado un recorte presupuestario cercano a 550.000 millones, que sorprende por su magnitud y por el momento en que se produce, apenas un mes después de la aprobación de los Presupuestos de 1995. Para comprender el origen de estas medidas "apresuradas" hay que descender a la dinámica de la ejecución presupuestaria. En ésta se encuentra una figura denominada "ampliaciones de créditos", que tradicionalmente ha sido fuente de desviación de gasto en la medida en que, por una parte, la potestad de su aprobación no requiere control de las Cortes y, por otra, por la forma en que se crea: alterando la lógica presupuestaria surgen para atender a obligaciones ya reconocidas. Y aunque el ejercicio pasado marca un punto de inflexión importante al no diverger sustancialmente el presupuesto liquidado del objetivo, no ha podido evitarse tampoco en 1994 la creación de créditos con los que atender gastos de inexcusable cumplimiento. Tales medidas determinaron el pasado año el ajuste en otras partidas que no pudieron utilizar los créditos inicialmente concedidos.
Estos créditos no utilizados el pasado año mantienen el derecho de utilización en siguientes ejercicios, lo que determina una "fuente potencial de gasto". Este motivo unido a otras desviaciones ya conocidas -sanidad, así como la elevación que pueda suponer en la carga financiera de la deuda pública la subida de los tipos de interésva a implicar un compromiso tácito este año en diversos ministerios que, de nuevo, encontrarán limitada su capacidad de utilización de los créditos que les fueron reconocidos.
En estas circunstancias entendemos que se encuadran los esfuerzos adoptados recientemente por el Gobierno en materia de control presupuestario y de lucha contra el fraude, que no pensamos irían destinados al logro de un objetivo de reducción del déficit más ambicioso que el planteado en el Presupuesto del Estado de 1995, sino a asumir su control desde el comienzo del año, a fin de evitar cualquier tipo de desviación al final.
Inmaculada Gómez es responsable de política del sector público en Analistas Financieros Internacionales.
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