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Las ONG suplieron en 1994 la dejadez política internacional, dice Médicos Sin Fronteras

Presentación del informe "Poblaciones en peligro 1995"

Bosnia, Burundi, Haití, Ruanda, Zaire. Millares de muertos y población refugiada que se cuenta por millones. Son los cinco conflictos internacionales que, a juicio deMédicos Sin Fronteras (MSF), han puesto de relieve durante 1994 "la solidaridad de todos los ciudadanos tras el abandono de la comunidad internacional ante las tragedías". Durante la presentación ayer del informe Poblaciones en peligro 1995, representantes españoles de esta organización consideraron que se ha utilizado la ayuda humanitaria "como escudo político para. tranquilizar las conciencias".

Nada menos que 15 millones de personas se hallan en este momento en condición de refugiados en todo el planeta por culpa de los conflictos. políticos. Nuevas crisis han estallado en 1994, como el caso paradigmático de Ruanda, donde Médicos Sin Fronteras piensa permanecer a pesar de saberse en el mismo dilema ético que, oficialmente, hizo abandonar el terreno a la sección francesa de esta organización y que no comparten otras ONG españolas: atender a las víctimas civiles, pero también a los autores del genocidio que las utilizan como escudos humanos en los campos de refugiados.El informe presentado ayer, el tercero de esta organización, reflexiona sobre la situación creada. "En la actualidad, desde Bosnia hasta Ruanda", dice, "la moral de emergencia se vuelve contra las víctimas. Alimentar a los rehenes sin apresar al culpable, o, peor aún, alimentar al asesino después de cometer su crimen, no Ion gestos humanitarios. Una concepción perversa de esa acción humanitaria está triunfando so bre la ausencia de justicia".

Tribunales internacionales

Médicos Sin Fronteras denuncia así la impotencia que rodea su trabajo en la total ausencia de soluciones políticas. Esta organización demanda con urgencia a la comunidad internacional la separación de refugiados y autores del genocidio dentro de los campos, así como la actuación de tribunales internacionales que juzguen a los culpables. "Estamos ante un crimen sin castigo", denunció Carlos Sarmiento, director de operaciones de MSF. "Los líderes están identificados. Algunos viven en Occidente libremente y otros en los campos donde controlan la distribución de los alimentos".

Pilar Carrasco, presidenta nacional de Médicos Sin Fronteras, hizo referencia a otros "conflictos olvidados" como Somalia, país del que Naciones Unidas se retirará en marzo; Angola, una nación dividida donde la ayuda alimentaria llega en función de la facción política que controle la región, y Sudán, con miles de desplazados por una guerra civil que dura ya una década.

Como corresponde a una organización eminentemente sanitaria, en la que trabajan 2.000 personas -130 españoles- en proyectos de 67 países, Pilar Carrasco hizo hincapié en el problema que supone para el Tercer Mundo el paludismo y el sida, criticando el escaso apoyo que ha recibido el científico colombiano Patarroyo en el desarrollo de una vacuna contra la primera enfermedad.

Los responsables de Médicos Sin Fronteras agradecieron especialmente el movimiento solidario desarrollado en España durante el último año y exhortaron a la población a que las iniciativas humanitarias "no queden como anecdóticas, como modas. La solidaridad tiene que significar una sensibilización progresiva de la gente. Tiene que ser la sociedad la que motive a los políticos para que no se queden en simples declaraciones", dijo Carrasco.

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