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TRIBUNALES

Revocada la sentencia de estafa contra una clínica de implante de pelo

Francisco Javier Mas Revert, de 37 años, es y será calvo. Intentó subsanar esta carencia de forma artificial. Resultó imposible: los pelos implantados besaban el suelo a la misma velocidad que el peine recomponía el flequillo. Demandó a la clínica. El centro fue, primero, condenado por estafa y ahora otro tribunal revoca la sentencia. Conclusión: Mas Revert se queda como empezó, calvo - y además deberá defenderse de la demanda que prepara la clínica de implante de pelo por daños y perjuicios contra su imagen comercial.A finales del verano de 1991, Mas Revert decidió poner remedio a un mal que le venía atormentado de manera irreparable desde que cumpliera los 30 años. Al año de someterse a la intervención volvía a lucir su cráneo desnudo original. Las cerca de 300.000 pesetas que pagó por la implantación de fibra sintética no le sirvieron de nada. En marzo del año pasado un juzgado de lo penal de Valencia contestaba a sus quejas con una sentencia que condenaba por estafa a la clínica Belo Capeli a pagarle cerca de 700.000 pesetas. El recurso presentado por el centro de tratamiento capilar ha hecho que la Audiencia revoque la resolución.

El texto de la sentencia recoge que para poder hablar de estafa no vale con "acudir meramente a la existencia de perjucio, lo fundamental es la actitud del sujeto activo". Para que el papel que el afectado firmó antes de someterse a la intervención pueda ser considerado un "contrato criminalizado" debe existir "ab initio ánimo de incumplimiento".

En el texto firmado se puede leer que existía una posibilidad de rechazo y riesgo de "merma anormalmente superior" en los casos de seborrea, enfermedad que fue detectada y diagnosticada antes de someterse a la operación de inserción de 800 pelos.

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