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Investigación y docencia en economía

La configuración de la enseñanza superior como una mera prolongación de la secundaria es una tentación que parece encontrar vías de apoyo firmes en los últimos tiempos. La masificación parece favorecir esta tendencia, pero resulta conveniente plantearse que las bases mínimas de la docencia e investigación requieren una Universidad distinta en funciones y talantes a las enseñanzas secundarias. Por ello parece oportuno realizar una reflexión sobre la docencia e investigación universitarias en disciplinas económicas, en las cuales la tendencia al estrangulamiento entre la secundaria y los masters, pseudomasters y asimilados constituye uno de los temas más preocupantes en el contexto del desarrolló de los nuevos planes de estudio en España.Las funciones primigenias de la Universidad son la transmisión de los saberes y la formación de nuevos hombres de ciencia. Como señala Ortega y Gasset -Meditación del pueblo joven- constituye el símbolo de toda esencial pedagogía y de toda la acción intelectual y debe ser el instrumento incomparable para la labranza de los pueblos.

Los estudios de la OCDE muestran que el gasto en educación primaria y secundario, ha aumentado en las últimas décadas, pero en algunos países disminuyó el de la postsecundaria. Y lo peor es que se observa una mayor disponibilidad de fondos para actividades para universitarias con menoscabo de la transmisión básica de saberes y de la investigación no aplicable con carácter inmediato. En otras palabras, mientras la Universidad de invierno vive en la penuria, los cursos de verano nadan en la opulencia.

Los planteamientos credeacialistas se imponen. La cualificación se utiliza como un filtro por los empresarios. Brittan ha observado cómo puestos de trabajo que se podrían obtener hace 20 años con niveles 0 ahora requieren niveles A o incluso graduación universitaria, aunque las técnicas y conocimientos precisos apenas hayan cambiado.

Los masters y asimilados constituyen una industria en crecimiento para aportar una credencial en temas empresariales, de negocios y de conciercio internacional. Sin embargo, muchos de los que alcanzan estas cualificaciones tienen serias dudas para señalar con claridad en qué consiste la inflación o para distinguir entre la oferta y la demanda de trabajo. De ahí, la importancia de solidificar los conocimientos básicos y de enseñar a pensar para contribuir a evaluar el papel de la Universidad corno institución rectora que otorga los mejores títulos con las mejores enseñanzas y los mejores profesores.

En la vertiente investigadora se requiere estudiar e investigar bien. Dada la producción torrencial de libros opúsculos, artículos... es condición fundamental, la serena y rigurosa selección de los tenias de investigación y la aplicación de una metodología empírica, con el importante soporte de las ideas institucionalistas, que permitan la mayor aproximación posible a la realidad. Por otra parte, hay que eludir la posibilidad de convertirse en catedráticos, o profesores, de gestión, figura que soslaya las funciones primigenias de docencia e investigación para dedicarse a la hábil "búsqueda de ayudas" en ministerios, instituciones públicas y rectorados, en los que pasan gran parte de su tiempo.

El profesor universitario de economía se enfrenta con los problemas de una sociedad instalada en el "síndrome del maná", que cree que los resultados económicos son ajenos a las instituciones y al comportamiento de los individuos. Ante esta realidad debe intentar mejorar su aportación docente (debe ser feliz en la clase) e investigadora.

es catedrático de Economía Aplicada

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