Tres pintores definen el paisaje catalán del XIX

El siglo XIX se mueve en Cataluña entre la reinaxença y el modernismo. Un género artístico, el paisaje, estaba en los pinceles de Lluís Rigalt (1814-1894), Ramón MartíAlsina (1826-1894) y Joaquim Vayreda (1834-1894), máximos representantes del romanticismo, el realismo y el impresionismo. En el centenario de la muerte de los tres artistas, el Museo Nacional de Arte deCataluña (MNAC) y la Fundación Cultural Mapfre Vida organizaron la exposición Cien años de paisajismo catalán, que, tras su presentación en Barcelona, se inaugura hoy en Madrid, y en abril, en Sevilla.

La sala de exposiciones de la Fundación Cultural Mapfre Vida, en Madrid (avenida del General Perón, 40), se ha dividido en tres ambientes para colgar las pinturas y dibujos de Rigalt, Martí Alsina y Vayreda, con sus distintas aportaciones al género del paisaje en un momento en que Barcelona era "un centro artístico enormemente activo y fructífero, en la avanzadilla del arte de la Península", según la comisaria de la muestra, Cristina Mendoza, directora del MNAC. El año de la muerte de los tres pintores, 1894, París era el centro de la vanguardia artística y Monet acababa de pintar su serie de catedrales."El modernismo no se entendería sin el tiempo de renacimiento con las figuras de Rigalt, Martí Alsina y Vayreda, que rompen con las academias de bellas artes y se fijan en la atracción de París", declara María Teresa Guasch, conservadora del museo y comisaria adjunta, con Jordi A. Carbonell y Francesc Fontbona, especialistas en cada uno de los pintores. "Los modernistas como Casasy Rusiñol ejercieron mucha influencia en Picasso, Torres García y Hugué, pero todo se fraguó 50 años antes, con unos artistas con pocos medios y aislados que impusieron el paisaje en Cataluña".

Las pinturas "románticas, imaginadas, recreadas, con una intención arqueológica", de Lluís Rigalt inician el montaje de Cien años de paisajismo catalán. Antes de recibir la influencia del realismo, toma del natural pequeñas panorámicas o detalles que en el taller adquieren una iluminación especial. En sus dibujos refleja los cambios urbanísticos de Barcelona, con la construcción del Ensanche a partir de 1860.

El realismo se instala con Martí Alsina, del que se ha hecho una selección de una veintena de obras en una producción de 4.000 pinturas. Aporta también un sistema de trabajo, con unos paisajes tomados del natural. Conocido como el Courbet catalán, adoptó una estética progresista y radical tras su estancia en París.

Con Vayreda, discípulo de Martí Alsina, en cuyo taller se formó, se sigue el método de tomar como modelo a la naturaleza. Fundador de la Escuela de Olot, estuvo influido por la escuela de Barbizon, francesa, que ya anuncia las características pictóricas del impresionismo. Sus paisajes de la comarca de la Garrotxa evolucionan hacia "una pintura más atmosférica y moderna", según María Teresa Guasch.

Las pinturas y dibujos expuestos, muchos de ellos desconocidos, proceden, además de los fondos del MNAC, del Museo del Prado, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Museo Comarcal de la Garrotxa, el Museo de Martorell, la Biblioteca de Cataluña y el Museo de Montserrat, junto con varias colecciones privadas, sobre todo de Barcelona.