"El régimen tiene ahora que elegir entre la paz y la guerra"

No pudo ir a Roma, pero, a través del fax, participó plenamente en la negociación entre los principales partidos políticos argelinos. En la Ciudad Santa, islamistas del Frente Islámico de Salvación (FIS), izquierdistas del Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), el ex partido único Frente de Liberación Nacional (FLN) y otras tres formaciones pequeñas alcanzaron el viernes un acuerdo, que pretenden ahora negociar con el poder, para acabar con la violencia e instaurar la democracia. Desde su asilo en el oeste de Alemania, Rábá Kébir, líder del FIS en el exilio, comenta el acuerdo.

Pregunta. ¿Qué significa el acuerdo?

Respuesta. Es la plataforma de partidos políticos de distintas ideologías, pero que representan al 80% de los argelinos, que manifiestan al poder su deseo de alcanzar una solución negociada que devuelva la estabilidad al país. Es una oferta de paz que de no ser aceptada hundirá a Argelia en el caos total y en una guerra civil abierta.

Pregunta. ¿Hay que negociarla ahora con el presidente Liamin Zerual?

R. Hay que negociar, a través de una conferencia nacional, los detalles de su aplicación, porque creo que sobre las cuestiones de fondo hay poco que discutir. La renuncia a las armas, el sufragio universal, la alternancia política, el multipartidismo que deberían configurar la Argelia del futuro son valores que no pueden ser puestos en tela de juicio.

P. ¿Aceptará el régimen sentarse a la mesa con ustedes?

R. Le hemos colocado ante sus responsabilidades. Lleva años diciendo que desea alcanzar una solución negociada. Su postura ante la reunión de Roma fue hostil. Le será difícil dar marcha atrás. Las primeras reacciones de los medios de comunicación argelinos son negativas. Si el régimen sintoniza con ellos, demostrará que sus intenciones proclamadas no eran sinceras. Será desenmascarado.

P. Cuando, en septiembre, excarcelaron a los dos máximos dirigentes del FIS, Abassi Madani y Alí Belhajd, usted dijo que creía en la sinceridad del presidente Zerual. ¿Sigue siendo así?

R. Creo que en el poder hay gentes sinceras, pero su margen de maniobra es reducido a causa del peso que ejercen aquellos que esperan poder imponer sus soluciones mediante la violencia. Y ya han empezado a poner obstáculos en el camino que conduce a la puesta en práctica del acuerdo de Roma. El asesinato de seis militantes del FLN en el este de Argelia es la réplica de un sector de los servicios de seguridad a la asistencia de ese partido al foro romano.

P. Sorprende ver a los islamistas aceptar la alternancia, el multiparidismo, etcétera. ¿Es diferente la Argelia con la que sueñan del régimen islamista tradicional como el de Irán?

R. No es ninguna novedad. Siempre lo hemos dicho. Nuestro islam lleva los colores de Argelia y no los de ningún otro país.

P. ¿Por qué no pudo usted ir a Roma?

R. Las autoridades alemanas no me dieron permiso de salida. Ignoro a qué presiones cedieron. No obstante, participé en los trabajos.

P. ¿Qué pueden hacer los países occidentales, para apoyar una salida pacífica en Argelia?

R. Primero, expresar sus simpatías por lo sucedido en Roma. Washington ya lo ha hecho, y nos gustaría que otras capitales hagan otro tanto. No deseamos injerencias extranjeras en Argelia. Ahora bien, es posible que en algún momento necesitemos garantías internacionales u observadores que avalen posibles acuerdos entre nosotros y el poder.

P. ¿Cómo lograr que el Grupo Islámico Armado (GIA), la guerrilla más radical, se sume al proceso negociador?

R.El GIA no ha participado en la reunión de Roma porque no es un partido político. Si a los líderes del FIS sometidos a arresto domiciliario les dejan reunirse libremente con el conjunto del movimiento islámico, confiamos en convencer a todos de que renuncien a las armas y se adentren por la senda de la negociación. Lo que no es de recibo es detener a aquellos que se han puesto en contacto con Madani y Belhajd.