Los creadores avanzan entre rigor y mestizaje
El final de la especulación ha generado una desconfianza que afecta a los artistas jóvenes
"Pienso que en estos últimos cinco años ha habido un rechazo hacia el soporte clásico de la pintura", comenta la pintora Soledad Sevilla. "El artista", prosigue, "se decanta más por la obra en tres dimensiones, y también es la plena consolidación de la instalación, que opta por la transformación del espacio. Ideológicamente, creo que lo que ha pasado en relación a los ochenta es que hay una desbanalización del arte y se está recuperando la preocupación por el hecho más personal e intelectual, se recupera en cierta forma el espíritu de las vanguardias"."Hay muchos jóvenes que están definiendo un estilo muy valioso", comenta el pintor Luis Gordillo. "También es característico de este momento la aparición de las instalaciones, que es la metodología más a la moda, aunque yo lo veo como una actitud poco sería".
"En los ochenta había dos disciplinas, pintura y escultura; en los noventa, el artista está más preparado conceptualmente y empieza a trabajar en el arte total utilizando todo tipo de disciplinas", comenta el joven artista asturiano Cuco Suárez. "El mestizaje artístico surge como arte en sí mismo, no hay diferencias entre las técnicas, y los artistas las utilizan todas. En mi opinión, ahora hay dos tendencias. Unos son los guays, que provienen de los ochenta, y los otros forman parte de la generación de la resaca, la generación cansada".
"Ahora hay un resurgir del tema fotográfico y también de las instalaciones de vídeo, pero lo que va a seguir será el arte digital, que creo que sutituirá a todas las tendencias del arte", comenta el coleccionista Rafael Tous, que este año reabrirá el centro Metrónom en Barcelona. "Es un nuevo instrumento de trabajo para los artistas que, además, permite la colaboración de mucha gente y que implica a todo tipo de disciplinas". "Tengo la sensación de que estamos en un momento muy importante y no somos conscientes de ello", dice la galerista madrileña Soledad Lorenzo. "El avance científico y técnico y su utilización en el arte aporta muchas cosas que, por el momento, no se han aceptado totalmente. La mente de muchos jóvenes respecto. a estos temas es fascinante y es la premonición de un cambio histórico, radical".
Se podría hablar de una ten dencia hacia la multidisciplinariedad, que no va a provocar cambios de una forma drástica, más bien se irán reafirmando las actitudes que ahora mismo se es tán gestando, indica el galerista valenciano Luis Adelantado.
"Estamos alumbrando unos tiempos definidos, a pesar del aparente desorden, por la alianza definitiva entre todas las áreas del conocimiento, la práctica artística entre ellos", reflexiona la crítica y directora del Centro Gallego de Arte Contemporáneo, Gloria Moure.
Es una época más dura, y los artistas se han hecho eco de que el mundo no va bien, hay una actitud más crítica que en los ochenta, comenta el historiador Juan Antonio Ramírez. "Han resurgido", precisa, "tendencias neoconceptuales, con temas más comprometidos con la realidad social y política, y esta actitud dificulta la aparición de estrellas rutilantes, como pasó la década pasada".
"Pienso que: hay dos eventos sintomáticos de este periodo: uno es la venta del cuadro Retrato del doctor Gachet, de Van Gogli, por 8.500 millones de pesetas en 1990; el otro es el suicidio del escritor y teórico Guy Debord hace pocas semanas. Representan dos modos de entender las relaciones entre el arte y la economía", señala el director de la Fundación Tápies de Barcelona, Manel Borja-Villel.
"Creo que ahora, tras la caída del mercado, ha desaparecido la especulación y estamos en un momento más sereno", señala la directora de ARCO, Rosina Gómez Baeza. "Hay un acercamiento entre el galerista y el artista, entre el coleccionista y el artista, en el que se intenta generar confianza", precisa.
"Se abre ante nosotros un futuro inquietante a partir de un pasado no siempre aceptado", explica el director del IVAM, José Francisco Yvars. "Acaba el siglo y queda en el aire una incógnita incómoda: ¿Ha sido el del arte moderno el lenguaje visual de nuestro tiempo?.
Babelia
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