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Las tropas de Moscú no se atreven a asaltar Grozni

Pilar Bonet

Las tropas rusas siguieron hostigando Grozni, la capital de Chechenia, sin atreverse a iniciar el asalto de la ciudad sitiada, desde donde el Defensor del Pueblo de Rusia, Serguéi Kovaliov, exhortó dramáticamente a laONU y a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa a que hagan todo lo posible para poner fin a los combates. La transgresión de los derechos humanos en esta guerra no declarada es de tal envergadura que el conflicto ha dejado de ser un asuntointerno de Moscú, afirmó Kovaliov, que dijo haber contemplado al menos 42 cadáveres de civiles chechenos, víctimas de los bombardeos rusos: 16 en el depósito de Grozni y otros 26 en las cercanías de la ciudad en tres escenarios bélicos distintos.

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"Los pilotos y artilleros no saben hacia dónde apuntan", manifestó el Defensor del Pueblo, que entró en Grozni el sábado en compañía de una delegación de diputados rusos.La desangelada Grozni, abandonada por la mayoría de sus habitantes, perdía ayer los cristales de las ventanas a consecuencia de las ondas expansivas de las explosiones que tenían lugar al norte y el noreste de la ciudad. La población se esforzaba en apagar los incendios causados por los bombardeos de la noche anterior.

Las autoridades rusas confirmaron el derribo de un helicóptero del Ministerio del Interior en la localidad de Petropávlovskaya, a unos 20 kilómetros al noreste de la capital. Según las fuentes rusas, el aparato transportaba a un equipo médico, tres de sus ocupantes murieron y otros dos resultaron heridos de gravedad. Según el fotógrafo occidental que contempló el suceso, el helicóptero fue abatido tras volar a baja altura sobre las posiciones chechenas que resistían al avance ruso. La agencia oficial Itar-Tass aseguró que las tropas rusas en aquel frente se habían desplazado hasta un puente situado a 10 kilómetros del término municipal de Grozni.

En Moscú, el Gobierno celebró una reunión con representantes del Consejo de Seguridad y los jefes de ambas cámaras parlamentarias, al término de la cual se constató que las tropas "han comenzado a actuar de forma más decidida". El Gabinete se felicitó del supuesto éxito de las incursiones nocturnas, que habían pillado desprevenidos a los hombres de Dudáiev y aumentado significativamente sus pérdidas. Mientras tanto, el ex ministro de Justicia, Yuri Kalmikov, acusó al presidente Yeltsin de ser responsable de acciones militares anticonstitucionales en el Cáucaso. En una entrevista con el diario Komsomólskaya Pravda, Kalmikov dio algunos detalles sobre el origen de la situación. Según el ex ministro, Yeltsin habría insistido en votar la acción militar en el Consejo de Seguridad, sin dar posibilidad de debatirla previamente, y él mismo habría votado a favor.

Cierre de fronteras

Con ánimo de aislar el alcance del conflicto checheno, el Kremlin ordenó ayer cerrar las fronteras rusas con Azerbaiyán y Georgia a partir de hoy. El cierre de fronteras afecta a las comunicaciones aéreas desde estos países a los aeropuertos del Norte del Cáucaso, incluidos los de Krasnodarsk, Stávropol, Astraján y Rostov del Don. Resulta incierto cómo afectará esta medida al flujo de refugiados, que, según el Servicio Federal de Migración, superaban los 17.000 hasta el día de ayer. Son muchos los habitantes de Chechenia que tratan de. ponerse a salvo dirigiéndose hacia el Sur, donde está la frontera con Georgia. Chechenia no tiene frontera con Azerbaiyán, que sin embargo. limita con Daguestán.

En Majachkalá, la capital de Daguestán, se celebró ayer una reunión del Consejo de Estado daguestano a la que asistieron el viceprimer ministro Nikolái Yegórov y el jefe del Servicio Federal de Contrainteligencia, Serguéi Stepashin. La presencia de estos altos funcionarios y otros representantes militares indica la importancia que Moscú da a la actuación de las autoridades daguestanas, que exhortaron a los chechenos residentes en la república a no emprender acciones que puedan involucrar a Daguestán en las acciones bélicas en la vecina república.

El llamamiento del presidente Dudáiev para formar una cadena humana tuvo una favorable acogida en Grozni. Miles de personas, en su mayoría mujeres y ancianos, se manifestaron con pancartas en las que exhortaban a Borís Yeltsin a poner fin a la guerra.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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