163 nuevas vacunas se investigan en el mundo
Dos siglos después del descubrimiento del remedio contra la viruela, las vacunas de virus vivos atenuados siguen vigentes. En el caso de la poliomielitis, por ejemplo, las campañas de vacunación han reducido a pocos centenares los miles de casos que hace sólo tres décadas se producían en Europa. Sin embargo, la estrategia no es perfecta, como tampoco lo son otras desarrolladas más tarde. Entre, las nuevas vacunas en desarrollo se espera que sean las combinadas -contra seis enfermedades o más- las de aplicación más inmediata, al menos en los países que las puedan pagar. Al Tercer Mundo, donde la mortalidad infantil es diez veces mayor, llegarán seguramente con, retraso.
Actualmente se investiga en todo el mundo en 163 nuevas vacunas, algunas para mejorar las ya existentes, otras contra enfermedades todavía huérfanas: sida, hepatitis B, herpes y muchas otras, incluido el cáncer, según explicó Francis André, director del área científica de Schmith Kline Beecham) en un reciente congreso celebrado en Londres. La tuberculosis no ocupa un lugar privilegiado en la lista, a pesar de la aparición de cepas del bacilo resistentes a los antibióticos y de que la eficacia de la vacuna disponible es tan baja que se discute incluso la conveniencia de administrarla.
De todas formas, "de las vacunas que se investigan, quizás sólo unas veinte acaben siendo usadas con regularidad y a largo plazo", dijo André. Las que sí serán pronto realidad, en opinión de este especialista, son las vacunas múltiples, "que generan protección contra seis o más enfermedades y reducirán tanto los costes de vacunación como el riesgo de que no se den las dosis necesarias". Su compañía ensaya una combinación' de DTP (tétanos, difteria, tosferina), hepatitis B, hemophilus influenza tipo B (una de las bacterias causantes de la meningitis) y polio.
Estas vacunas tienen la ventaja añadida de no emplear el microorganismo completo, sino justo el fragmento que funciona como antígeno, desencadenando la respuesta inmunitaria No hay riesgo de reversión a la virulencia -como en las vacunas de mi croorganismo . s vivos atenua dos-, y el empleo de técnicas de ingeniería genética para producir los antígenos y coserlos unos a otros garantiza una gran pureza. De hecho, después de la vacuna de la hepatitis B, las combinadas serán probablemente el segundo logro en este campo.
Síntesis en laboratorio
Más adelante vendrán otras técnicas basadas, por ejemplo, en la inserción de los genes del antígeno en el ADN de otro microorganismo vivo. Este último es inyectado, y cada vez que se reproduzca dentro del cuerpo dará una nueva dosis de la vacuna. Otra idea prometedora para los expertos reunidos en Londres es la empleada por Manuel Patarroyo para su vacuna contra la malaria, quien, en vez de extraer del microorganismo vivo el fragmento que sirve de antígeno, lo sintetizó en laboratorio.
Los métodos que guiaron al descubrimiento dé la primera vacuna jamás hubieran sido aceptados por la OMS. Edward Jenner inyectó el virus de la viruela a un niño al que un mes antes había infectado con el líquido de las vesículas de las manos de una ordeñadora, y Phipps, de ocho años, no desarrolló la enfermedad. La audacia se basó en la observación. de que las campesinas no morían de viruela. Ellas se contagiaban con un virus previamente debilitado en las vacas, y así padecían síntomas leves.
Inmunizar al menos al 901/o de los niños sigue siendo hoy objetivo prioritario en la OMS. La vacuna del sarampión falla en uno de cada 1.000 niños; Se ha registrado un aumento de la tosferina en adultos de más del 10% en Estados Unidos; desde 1980 la difteria resurge en la antigua Unión Soviética. "Por eso hay una gran necesidad de mejores vacunas", afirmó el pediatra alemán Heinz Schmitt, de la Universidad Johannes Güttemberg.
El precio de muchas vidas
M.S. En el Tercer Mundo, los problemas son muy simples: falta infraestructura sanitaria para que los lotes de vacunas lleguen a poblados remotos bien conservados y falta dinero para administrar todas las dosis necesarias. Según Mark Kane, responsable de los programas de vacunación de la OMS, en algunas zonas africanas la mitad de la población carece de inmunidad contra las enfermedades más comunes, lo que explica la cifra de 14,2 millones de niños menores de cinco años muertos anualmente por diarrea, infecciones respiratoria!, sarampión, malaria, tétanos neonatal o polio.
Pero, paradójicamente, Kane es consciente de que estos niños no serán los principales beneficiados con las nuevas vacunas. El ejemplo de la hepatitis B es ilustrativo; hace diez años que se dispone de vacunas eficaces, pero en África, "donde, junto a la tuberculosis, es uno de los principales problemas, no se han podido comprar porque son muy caras"."
Las técnicas de ingeniería genética necesitan inversiones demasiado fuertes como para plantearse una producción propia, aunque la OMS pretende que el Tercer Mundo se autoabastezca de vacunas. "Aún no sabemos el coste de este objetivo", indica Kane.
Además, "si la patente está en manos de una compañía privada, nuestra organización tiene muy poco control sobre el precio final del producto", reconoce. Una dosis infantil de vacuna contra hepatitis B en España cuesta unas mil pesetas. Unicef ha acordado recientemente la compra de un lote de estas vacunas para África.
Este experto mencionó, no obstante, en la reunión de Londres, el descubrimiento de un método para aumentar la estabilidad de la actual vacuna contra la polio, que si permanece un día al sol pierde el 30% de potencia. También se refirió a una esperanzadora técnica de encapsulamiento que reduce las dosis necesarias de la antitetánica. "Serán desarrollos especialmente interesantes para el Tercer Mundo", afirmó.
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