Trabajadores de Ibercoop insinúan que Navarro era su "agarradera" en la Administración
Un grupo de trabajadores de una de la empresas de la trama Ibercoop añadieron ayer, por medio de sus abogados, graves acusaciones al caso durante una comparecencia ante la comisión de la Asamblea de Madrid que investiga el presunto trato de favor hacia esas empresas desde la Comunidad y otras administraciones públicas. El fundador y cerebro gris del grupo Hades, Cipriano Uceda, fue socio del actual director regional de Empleo, Juan Navarro, en la cooperativa Ibercoop. Los abogados se negaron a desvelar "por secreto profesional" los nombres de las personas que implicó en su denuncia. Relataron que Cipria no Uceda alardeaba entre 1990 y 1992 -ya con Navarro en la dirección de Empleo- "de tener importantes contactos en algunas instituciones, de tener buenas agarraderas".
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Los cooperativistas dicen que Navarro visitó varias veces el grupo Ibercoop
VIENE DE LA PÁGINA 1Los abogados aportaron un documento suscrito por sus defendidos en el que, entre otras cosas, señalan que muchas de las 12 empresas de la trama Ibercoop eran meros nombres porque ni siquiera funcionaban. Asimismo el documento afirma que Navarro visitó, ya como director de Empleo, varias veces la empresa. Entre otras anécdotas comentaron que "siempre, cinco o diez minutos antes de cualquier inspección girada por alguna autoridad, se recibía una llamada telefónica de atención, avisándonos con antelación de la llegada de los inspectores". En este punto fue en el único en el que olvidaron "su miedo" y se atrevieron a decir los nombres de dos de sus ex compañeros que recibían esas llamadas: José Guerrero y Pilar Leal.
Los cooperativistas expusieron, a través de su letrado, que eran frecuentes los comentarios de Uceda sobre opíparas comidas y que éste alardeaba de "conseguir las subvenciones que quisiera sin más que levantar el teléfono, y que personas de la Administración percibían un porcentaje de esas subvenciones". Los trabajadores aseguraron que se les exigió para formar parte de la empresa aportaciones "voluntarias" que rondaban de media las 500. De los malos resultados de las empresas se culpaba, incluso en asambleas de trabajadores, "a esos ladrones de funcionarios que se quedan con el dinero".
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