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Una inspección de la ONU critica los excesos del Ejército de Guatemala

La experta de las Naciones Unidas, la argentina Mónica Vinto, concluyó el pasado fin de semana su inspección anual en Guatemala, con fuertes críticas al Ejército y al Gobierno por su negativa a disolver las llamadas Patrullas de Autodefensa Civil (PAC, grupos de campesinos armados por el Ejército para el combate a la guerrilla y que fueron vitales en la estrategia contrainsurgente de los años ochenta). Las PAC han sido señaladas como la mayor fuente de violaciones de los derechos humanos, toda vez que los campesinos, en su mayoría analfabetos, han decidido en ocasiones cobrarse la justicia por la propia mano, una conducta que se explica en un contexto de guerra civil de más de 30 años, donde la impunidad oficial ha sido moneda de curso corriente.Agobiado por la peor crisis financiera del último medio siglo, que se traduce en una falta de liquidez que ya le causa problemas hasta en el pago de los salarios a sus trabajadores, el Gobierno de Guatemala se ha enfrentado a una de sus angustias seculares: el informe que, en derechos humanos, rendirá la citada experta de la ONU en la materia ante la asamblea anual en la ciudad suiza de Ginebra.

Conversaciones de paz

Como en años anteriores, en febrero próximo la diplomacia guatemalteca tendrá que sudar la gota amarga para evitar que Guatemala sea trasladada al renglón de países que requieren de un relator especial, ante la gravedad de las violaciones a los derechos fundamentales de la persona. Este extremo sería un as bajo la manga de los comandantes de la guerrilla en las interminables negociaciones de paz, en cuyo futuro los guatemaltecos han perdido ya la fe.Precisamente, la impunidad de los poderes fácticos ha sido el aspecto que, a lo largo de su inspección de dos semanas, ha señalado la enviada de la ONU con reiterada preocupación, así como el continuo desacato gubernamental a las peticiones del Defensor del Pueblo, Jorge Marío García Laguardia. El presidente de la República de Guatemala, Ramiro de León, que como procurador de los derechos humanos libró una valiente batalla en contra de los abusos del Ejército, se ha convertido ahora en un oficioso defensor de las posturas más intransigentes de los militares. El profesor Christian Tomuschat, antecesor de Mónica Vinto como experto de la ONU en Guatemala, afirmó, durante una visita privada a este país, que el presidente "tiene buena voluntad, pero es prisionero de los militares en el palacio de Gobierno".

Otros asuntos relevantes del informe de Mónica Vinto se refieren al proceso de paz, a la virtual militarización de la sociedad guatemalteca, a la creciente violencia social, a la extrema pobreza agudizada por la falta absoluta de respeto hacía los derechos económicos de la población y a la marginación de los pueblos indios.

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