Cullell abandona el Gobierno catalán pidiendo una investigación parlamentaria sobre su caso
Josep Maria Cullell abandonó el Gobierno catalán abatido, pero sacando pecho. El consejero dimisionario compareció ayer en el Parlamento catalán para oficializar su renuncia, rechazar las acusaciones de tráfico de influencias que penden sobre su cabeza y pedir una investigación parlamentaria sobre su caso. La oposición renunció a hacer leña del árbol caído y, con distintos tonos, convirtió la sesión en un juicio global al Gobierno de Jordi Pujol, a quien reclamó más cambios en su Ejecutivo.Los elogios unánimes de la oposición a Cullell por su decisión de dimitir contrastaron con la extrema frialdad del portavoz de la mayoría nacionalista, que sorprendió incluso a los diputados de CiU.
La política catalana vivió ayer una jornada histórica. Por vez primera desde la restauración de la Generalitat, un miembro del Gobierno catalán abandonaba su cargo acusado de prácticas corruptas. La expectación en el Parlament, lugar elegido por Cullell para hacer pública su renuncia, era extraordinaria.A las 9.33, el aún consejero se sentó con aire grave frente a los miembros de la comisión de Política Territorial de la Cámara catalana. Una descarga de fusilería fotográfica le acribilló el rostro. Exactamente una hora después, a las 10.33, un Cullell compungido pero aún corajudo, obsesionado con su honor, concluía su alegato recitando En defensa propia, de Jacinto Verdaguer: "No exprimáis nunca una naranja hasta sacarle las pepitas, pues os pueden caer en la cara".
Cullell abrió su intervención con lo que todos esperaban: su carta de dimisión El escrito, según explicó, fue. remitido al presidente Jordi Pujol el pasado día 8, el día siguiente de que se publicara la transcripción de las grabaciones telefónicas que le involucran en un presunto tráfico de influencias en beneficio de su cuñado Joan Vilaró. En la carta, Cullell pedía a- Pujol que no hiciera efectivo su Cese antes de su comparecencia voluntaria ante los diputados.
La Presidencia de la Generalitat hizo pública nada más terminarla sesión parlamentaria de ayer una nota en la que agradece a Cullell los servicios prestados y le expresa su consideración y apoyo. También precisa que el nombre de su sustituto será anunciado cuando el cese de Cullell aparezca en el Diari Oficial.
La poltrona de los políticos
Cullell negó todas las imputaciones, pero justificó su dimisión en que así combate la idea de que a los políticos sólo les interesa conservar su poltrona. Con la renuncia, aseguró, sirve al Gobierno catalán y además consigue manos libres para defenderse judicialmente. Cullell ha presentado una querella criminal contra quienes grabaron sus conversaciones y una demanda civil en defensa de su honor contra los medios que publicaron sus conversaciones privadas, el diario El Mundo y el semanario El Triangle.
También negó que su patrimonio inmobiliario esté valorado en cientos de millones de pesetas. Aportando copias de- las escrituras de propiedad, declaró que su chalet de Premiá de Dalt está valorado por el Banco Atlántico, que le concedió una hipoteca de 35 millones, en 52 millones. Y señaló que sobre los dos pisos que adquirió en Barcelona, valorados en 30 millones de pesetas cada uno, pesan sendas hipotecas de 25 millones. Y aún hubo de vender uno de esos pisos para hacer frente al pago de los créditos. Respecto a las grabaciones telefónicas dijo que unas están manipuladas y otras son falsas.
El consejero dimisionario se mostró convencido de que nadie de su partido está interesado en ponerle contra las cuerdas. No es ésta la opinión de! buena parte de la oposición. Independentistas, ex comunistas; y conservadores afirmaron que Cullell es la víctima propiciatoria ofrecida por Pujol para tapar otros escándalos políticos y financieros que como los casos De la Rosa y Planasdemunt, salpican al Gobierno catalán.
Los socialistas, más atenazados que nunca por el apoyo de CiU al Gobierno del PSOE en Madrid, también pidieron cambios más profundos en el Gobierno catalán, pero criticaron a los que pretenden erosionar a Pujol y ofrecieron a éste su colaboración.
La oposición, en bloque elogió "el coraje y la dignidad" del dimisionario, al que concedió expresamente presunción de inocencia política. Sorprendentemente, no hizo tal reconocimiento expreso el portavoz de CiU, Raimon Escudé, que realizó una fría y breve intervención declarándose satisfecho por las explicaciones de Cullell.
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