Cullell dio plantón ayer a la comisión de enlace de CiU tras las críticas de Duran
Los dirigentes de Convergència (CDC), con Jordi Pujol a la cabeza, recibieron ayer con caras largas a sus socios de Unió (UDC) cuando se reunió la comisión de enlace entre ambos partidos. Los convergentes hicieron patente su enfado por la intervención de Josep Antoni Duran Lleida, el líder de UDC, el sábado, cuando reclamó en público la dimisión de los responsables de "la más mínima traición a la ética política". Josep Maria Cullell, involucrado en un presunto tráfico de influencias en un negocio inmobiliario, no acudió a la reunión de las directivas de los dos partidos coligados alegando otros compromisos.
El portavoz oficial de Convergència, Pere Esteve, contestó con un lacónico "sin comentarios" cuando se le pidió que opinara sobre el discurso del líder de Unió en la apertura del congreso de los democristianos catalanes. Las palabras de Duran molestaron a los dirigentes de CDC, que no aceptan que sus socios electorales se erijan en sus jueces éticos. El líder de Unió alega que no podía presentarse ante su congreso sin aludir a lo que está ocurriendo.El propio presidente Pujol ha transmitido a Duran su disgusto por sus palabras, que pueden reavivar los conflictos latentes entre las militancias de uno y otro partido. No se descarta que Pujol le conteste en público en los próximos días.
La dimisión de Cullell está pendiente, en principio, de las explicaciones que dé ante el Parlamento catalán en su comparecencia del viernes. Entre muchos dirigentes de CiU existe la impresión de que el consejero de Política Territorial y Obras Públicas sólo podrá salvar su puesto si sale airoso de ese trance. Pero hay mucho pesimismo acerca de que lo pueda conseguir: "La oposición no le va a dar cuartel", señalan las fuentes consultadas, que reconocen que a la coalición nacionalista la embarga una sensación de acoso. Cullell, alegaría para su dimisión la necesidad de tener las manos libres para asumir la defensa de su honorabilidad y la de su familia.
Fuentes cercanas a la Presidencia de la Generalitat descartan una destitución si la dimisión no se produce, porque sería tanto como admitir que el consejero engañó al presidente cuando defendió ante él su inocencia, y esa hipótesis no se contempla "después de 20 años de colaborar juntos".
Los próximos sábado y domingo Convergència celebra en Montserrat su 200 aniversario, y se atribuye a Pujol la voluntad de acudir a la cita con sus seguidores con el asunto de Cullell resuelto, sea con la dimisión de éste, sea con una explicación ante el Parlamento que no deje lugar a dudas sobre su inocencia. La continuidad de Cullell está en entredicho desde que en dos medios informativos se publicaron transcripciones de supuestas conversaciones suyas que le presentan como protagonista de un caso de tráfico de influencias, desde que se le ha relacionado con Javier de la Rosa y desde que se ha revelado que posee un notable patrimonio inmobiliario.
Los apuros de Cullell han supuesto un alivio en la presión que la oposición ejercía sobre Macià Alavedra, consejero de Economía y Finanzas, por sus responsabilidades políticas en el caso De la Rosa. En el entorno de Alavedra se ponen de relieve las diferencias entre los problemas de éste y los de Cullell: responsabilidades políticas en un caso, y un presunto caso de tráfico de influencias en el otro. Pero en el Gobierno catalán no se hacen ilusiones: si cae Cullell, el próximo objetivo de la oposición será Alavedra. Éste es fijo en las quinielas para un cambio de Gobierno que Pujol tiene pensado para los próximos meses.
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