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El concesionario de telefonía móvil tiene que desembolsar 150.000 millones en dos años

Ninguno de los aspirantes cuenta con lograr beneficios hasta después del 2000

A 24 horas del plazo para la presentación de ofertas al concurso convocado por José Borrell, los dos consorcios que compiten por la segunda licencia de telefonía móvil en sistema digital (GSM) agotan el fin de semana para preparar la documentación que mañana deben presentar. Uno de ellos, el de Airtel-Sistelcom-Reditel, aún no había cerrado ayer sus participaciones, tras la retirada de uno de sus socios, el alemán Veba. Técnicos de ambos consorcios barajan una cifra de inversiones en torno a los 150.000 millones de pesetas, en los dos próximos años, para pagar la licencia al Gobierno y dar servicio en las primeras zonas (véase mapa), y ninguno de los dos cuenta con lograr beneficios hasta después del 2000.

El segundo concesionario de España tiene mejores opciones que el de Italia. En este último país, el operador estatal cuenta con 1,7 millones de clientes, lo cual hace la vida más difícil al privado, que aún no ha comenzado a dar servicio. Pero el hecho de que la telefonía móvil se contemple en España casi como una rareza, amplía el margen de posibilidades del segundo operador. Telefónica apenas ha llegado a 400.000 clientes hasta ahora. Los aspirantes a la segunda licencia sitúan el umbral de rentabilidad en el millón de abonados.Más que un negocio inminente, las apuestas que realizan los dos consorcios tienen que ver con la estrategia de futuro. Según expertos en telefonía, la mayor oportunidad de negocio en este campo depende de que el móvil llegue a convertirse en el teléfono normal y corriente de las personas. La Unión Europea cuenta con alcanzar 80 millones de usuarios dentro de quince años, frente a los 16 millones de finales de 1993.

Si el desarrollo caminara en la dirección de habilitar las redes fijas como portadoras de servicios multimedia (televisión, entre otros), la telefonía móvil sustituiría en gran parte, a los teléfonos fijos actuales. En ese supuesto, las redes fijas se usarían para transportar los nuevos servicios, de manera creciente, mientras que la mera función de hablar por teléfono se trasladaría progresivamente a los móviles. Pero esto es un negocio de imposible verificación hasta bien entrado el siglo XXI.

Camino espinoso

De momento, lo que está en juego en España es el concurso convocado por el ministro de Obras Públicas, José Borrell, para adjudicar la segunda licencia de teléfonos móviles en sistema GSM, cuyo ganador tendrá que competir con la primera licencia, adjudicada de antemano a Telefónica.Una prueba de lo espinoso del camino es la retirada de grandes empresas, cuando estaban situándose ya en la línea de salida para la carrera. Así lo han decidido tres de las mayores compañías telefónicas de Estados Unidos -GTE, Bell South y Ameritech-, la segunda operadora alemana -Mannesmann-, la petrolera española Repsol y la alemana Veba, dos cajas de ahorro -Bancaja y Caixa Galicia-, y la empresa de comunicación Tisa.

Por parte de los supervivientes, sólo los bancos implicados (Santander, Bilbao Vizcaya, Central Hispano) y la norteamericana Air Touch han quedado con participaciones superiores al 10% en sus respectivos consorcios. Esto es: las grandes entidades financieras, además de la citada telefónica estadounidense, son las únicas capaces de invertir entre 15.000 y 20.000 millones de pesetas cada una en un par de años. Para empezar a hablar, cada consorcio tiene que depositar mañana una fianza de 2.000 millones -o el aval correspondiente-; y en enero, el ganador tendrá que pagar un mínimo de 50.000 millones por la licencia.

Destacar la capacidad financiera de cada cual ha sido el caballo de batalla de los últimos días. Ayer mismo salió a relucir este tema con motivo de la constitución formal del grupo Airtel-Sistelcom-Reditel, presidido por Eduardo Serra. "Llamamos la atención sobre el hecho de que el 44% del nuevo consorcio está en manos de entidades financieras, lo que consolida de manera importante el proyecto", destacó el portavoz oficial del mismo, minutos después de la formalización de documentos.

Los bancos Santander y Central Hispano, así como seis cajas de ahorro de tamaño pequeño o medio, aportan las participaciones financieras en ese grupo. La telefónica norteamericana Air Touch está al frente del proyecto tecnológico, con una participación menor de British Telecom; y a ello se añaden las constructoras Cubiertas y Entrecanales, las eléctricas Unión Fenosa y Fecsa, y la Corporación Alba, Torreal (que es un fondo de pensiones). No obstante, ayer continuaban sin cerrar las participaciones en este consorcio.

Complejas alianzas

La segunda licencia de telefonía móvil en sistema GSM es uno de los más importantes proyectos de inversión privada que se van a acometer en España. Los grandes recursos económicos que requiere y la dificultad técnica de organizar un sistema de telefonía enteramente nuevo han provocado el terremoto de alianzas que están sustanciándose ahora.Bajo la presidencia de Jordi Mercader se sitúa el otro aspirante, Cometa-SRM. Cuenta con el Banco Bilbao Vizcaya, Bankinter, Caja de Madrid y La Caixa como socios financieros. La tecnología procede de empresas enteramente europeas: DeTeMobil, primer operador de Alemania y el número uno del mundo en sistema GSM; el británico Vodafone, el francés Cofira -que mantiene relaciones antiguas con Vodafone- y el sueco Conivik. La inversión industrial corre a cargo de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y de las compañías eléctricas Iberdrola, ENDESA y Sevilllana, así como el Grupo PRISA y El Corte Inglés.

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